164 | LECTURAS | 28 de septiembre de 2005

"Si el poema salió bien, seguro canta"
Entrevista con Cecilia Pisos

Foto de Cecilia PisosLa escritora Cecilia Pisos en diálogo con las chicas y los chicos de 4° 1° de la Escuela 267 de San Carlos de Bariloche (Argentina) reflexionó sobre su obra y temáticas relacionadas con la literatura y los libros para chicos. Los niños fueron coordinados por la docente Ana Castillo y la entrevista se realizó en octubre de 2004.

—¿Quién te contaba cuentos cuando eras chica?

—Mi mamá me contaba cuentos y me cantaba a la noche y mi papá me leía, a veces, pero lo que más me gustaba era cuando me quedaba a dormir en la casa de mi abuela Elena. Allí vivía mi tía Lola y ella inventaba unos cuentos buenísimos, cuyos protagonistas éramos los cinco primos que, por entonces, jugábamos siempre juntos.

—¿Te gustaba leer cuando era chica?

—¡Me encantaba! Me acuerdo de que cuando tenía ocho años, para Navidad, Papá Noel me trajo 14 libros de la colección Robin Hood. Al día siguiente, como era diciembre y hacía mucho calor en casa, todos dormían la siesta y yo apilé los libros en mi escritorio y me pasé un buen rato contemplando la pila, sin empezar a leer ninguno (porque era empezar y no terminar), para que no se me acabara ese montón de felicidad.

—¿Cuál fue tu cuento preferido?

—Cuando estaba en primer grado, vi por la tele una película sobre Don Quijote, me gustó y me dio mucha curiosidad por conocer el resto de las aventuras de este personaje. No paré hasta que mi tía Maruja me consiguió un Don Quijote de la Mancha para niños y me lo leí enterito, aunque tenía palabras que no comprendía muy bien. En ese momento, me gustó que el libro tuviera adentro muchas historias diferentes. Cuando lo leí de grande y lo tuve que enseñar en la facultad también era eso lo que más me gustaba: además de los líos en que se metía don Quijote, las historias que le contaban las personas que encontraba en su camino.

—¿Cuál fue el primer cuento que hiciste?

—De chica, uno que era sobre los misterios del subterráneo: a mí me encantaba viajar en subte y me parecía que en las "partes negras" del túnel (donde no es la estación) vivían toda clase de personajes.

De grande, los primeros cuentos salieron en un libro para la escuela, que se llama Los Requetelibros 1 (1) y el primero que salió en libro solito fue Maus y el ratón tigre (2).

—¿En qué año escribiste la primera poesía?

—A los nueve años me regalaron un diario íntimo, con llavecita y todo (que instantáneamente perdí). Por esas épocas yo andaba enamorada de un chico que no gustaba de mí y me encerraba en mi cuarto a llorar. Un día escribí en mi diario una canción de amor que es, entonces, creo, mi primer poema. A partir de ahí, nunca dejé de escribir poesía. A los 16 años mandé un poema al suplemento de Cultura del diario Clarín y me lo publicaron. El secretario de redacción quiso conocerme, me invitó al diario y charló conmigo un buen rato. Yo estaba muy emocionada porque en ese momento pensaba con cuántas personas (las que leían el diario, obvio) había podido compartir mi poema. Después de eso, publiqué poemas para grandes en varias antologías y suplementos de diario y gané unos cuantos concursos, hasta que en 1995 publiqué Como palabras educadas (3), con un premio de la Fundación Antorchas.

—¿Por qué te gusta hacer libros de hadas y brujas?

—Y de ogros y de princesas y de reyes y de sapos y de dragones y de todos los personajes de los antiguos cuentos de hadas. No sé por qué, me encantan esos personajes, sobre todo, ponerlos en situaciones cómicas, descubrirlos en los lugares más comunes, volverlos monigotitos, quitarles sus aires de importancia.

—¿Quién te enseñó a escribir cuentos y poesías?

—Nadie. Probé y probé y probé hasta que salieron, hasta que fueron saliendo. Eso cuando tenía ocho, cuando tenía veinte, cuando tenía treinta. Y eso, lo mismo, probar una y otra vez hasta que salen, lo hago ahora con las historias que tengo dando vueltas arriba del escritorio.

—¿Cuándo te diste cuenta de que te gustaba escribir?

—En la escuela, cuando escribía las famosas composiciones o redacciones y les gustaban a mis señoritas y a mis compañeras y a mi abuelita, que siempre me miraba el cuaderno. Me encantaba que les gustara lo que yo escribía, me ponía contenta. A los 13 años me puse a leer biografías de escritores famosos, una atrás de la otra, y ahí creo, quedó todo decidido. No importaba tanto lo que yo fuera a ser de grande sino lo que ya tenía, la felicidad de escribir.

—¿Qué cosas te inspiran para escribir?

—Cualquier cosa, desde la más ridícula y chiquita... Algo gracioso que hacen o dicen mis hijos o sus compañeros, alguna frase que escucho, algo que veo en la calle. Sin ir más lejos, un compañero de mi hijo Nacho que va a todos los cumpleaños de la salita con su traje de Superman me inspiró hace poquito el cuento "Juan Ignacio Superman".

—¿A tus hijos les gusta leer? ¿Qué les parecen tus cuentos?

—Sí les gusta, que les lean y leer y mirar libros en las librerías y pedir libros en la biblioteca de la escuela y contar cuentos inventados cuando se nos corta la luz. Carolina, que ahora está en cuarto, se inventó un personaje, Superratita, y escribió ya varios cuentos con sus aventuras. Con Carolina y Nacho pruebo la mayoría de mis cuentos, les encanta ser los "probadores" de historias y poemas. Y, como les pasa a todos, a veces les gustan más y, a veces, menos.

—¿Cuántos cuentos escribiste?

Una pilita de libros. Aquí van los títulos: Las hadas sueltas, Maus y el ratón tigre, ¿Te lo cuento otra vez? (que salió en Ecuador), Un cuento por donde pasa el viento (que tiene adentro "El hijo del mago"), El té de la princesa, Rompecabezas, El baúl de los transportes y El baúl de los opuestos, para nenes de jardín. Y Las brujas sueltas y Como si no hubiera que cruzar el mar, para chicos más grandes. También escribí las series para la escuela Los Requetelibros y ABCDuende (para primero, segundo y tercer grado). (4)

—¿Por qué te gustan tanto las hadas? ¿Y las brujas?

¿Y a quién no le gustan? El que diga que no es un Pinocho.

—¿A qué edad hiciste tu primer libro?

Mi primer libro publicado, el de poesía para mayores, salió cuando yo tenía 30 años y a Carolina en la panza. El primer libro para chicos, sacando los de la escuela, salió en el 2002. (5)

—¿Por qué te gusta tanto la poesía?

—Cuando escribo poesía tengo la sensación de estar jugando con Lego: acomodo como quiero las palabras, las cambio de lugar, construyo pequeños artefactos tristes o cómicos o alegres o muy locos... En cambio, en los cuentos, uno no tiene más remedio que respetar a los personajes, seguirles la onda, andar por su camino... Por todo lo anterior, creo que la poesía es más solitaria pero a la vez, más libre. Y además está la cosa de que si el poema salió bien, seguro canta.

—¿Cuál fue o fueron tus personajes de cuentos favoritos?

—Antes nombré a Don Quijote. Ahora me acuerdo de todos los personajes de los libros de Louise M. Alcott, las chicas y los chicos de Mujercitas, Hombrecitos, Una guirnalda de flores. También los de María Elena Walsh, Felipito Tacatún y su plapla, Dailan Kifki, el príncipe Kinoto Fukasuka... Y ahora me acuerdo de una favorita que todavía me dura: Alicia, la del País de las Maravillas y la de detrás del espejo.

—¿A qué edad comenzaste a leer? ¿Y a escribir?

—A leer empecé a los seis, en primer grado. Y a escribir, también. A escribir porque me gustaba, como ya conté antes, entre los 8 y los 9, en tercer grado.

Ah, y a enseñar a leer, también a los 8, cuando jugaba a la maestra con uno de mis hermanos, Dani, al que le enseñé cuando estaba en sala de 4. ¡Él sí que aprendió bien jovencito!

—¿Qué poesía te acordás que te gustaba cuando eras chiquita?

—Una que nos hizo escribir y aprender mi seño Olga de segundo grado. Era de Juana de Ibarbourou y hablaba de la primavera y de que todo estaba tan florecido que de las manos de la autora salían rosas, rosas, rosas (así terminaba). Me pareció el poema más maravilloso del mundo (y todavía sigo pensando que es así porque me llevó a querer leer y escribir otros poemas).

—¿Te gustaría que tus hijos fueran como vos, escritores?

Si la felicidad les llega a través de la escritura, claro que me encantará que sean escritores. Si la felicidad les llega por ser o por hacer otra cosa, también me va a encantar. Lo importante es que consigan descubrir qué los hace felices.


Notas de Imaginaria

(1) Los Requetelibros 1. Serie de áreas integradas para primer ciclo de E.G.B (cada libro acompañado de su block de fichas y su diccionario). Buenos Aires, Aique Grupo Editor, 2001.

(2) Maus y el ratón tigre. Ilustraciones de Sebastián Barreiro. Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2002. Colección Los caminadores.

(3) Como palabras educadas. Buenos Aires, Libros de Tierra Firme, 1995. Colección Todos bailan.

(4) Ver la bibliografía completa de Cecilia Pisos en la sección "Autores", aquí.

(5) La autora se refiere a los libros Como palabras educadas y Las hadas sueltas, respectivamente.


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