130 | LECTURAS | 9 de junio de 2004

Conversación abierta con el Foro de Ilustradores
Invitado especial del foro de Imaginaria y EducaRed

 


¿De quién es esta historieta?

Starosta

No, señores y señoras,

no es el grito desesperado de la hermana de Istvansch

ni el de la señorita Susana, (mi maestra de tercero).

Es un espacio para la reflexión sobre la historieta.

Para la literatura, pareciera pariente pobre.

Para más de una madre, pérdida de tiempo.

Puerta de entrada a los infiernos para unos, escaleras al cielo para otros (Y no me digan que no les dio cosita elegir, ehhhhh).

Sin embargo, me dio qué pensar -a raíz de lo desarrollado en el foro- la perfecta simbiosis (llámese contrapunto) entre letra (guión) e imagen (ilustración), en muchas de las mejores y arquetípicas historietas (uds. pongan los nombres, que sobran, para todos los gustos), donde uno piensa si el personaje que dibujó Fulano sirvió de disparador para la historia de Mengano, o si Mengano escribió una historia de 100 tiras y se la tiró a Fulano para que les ponga cuerpo y alma, o qué.

Díganme qué, y la seguimos


Mónica Weiss

te cuento, mon cherié starostá, que yo soy la persona menos indicada para hablar de historieta, porque mi historia al respecto es bochornosa.

por empezar, mis viejos no me dejaban leer historietas porque lo consideraban una actividad burguesa. (v sí me dejaban). ah, momento, me dejaban leer "patoruzú" y "patoruzito" que me en-can-ta-ban (creo que nunca hojearon una, si hubieran visto al general cañones ¡kaput!

iba a leer historietas a escondidas a la casa de mis vecinos, pero no me podía concentrar en ellas ¿culpa? ¿manía óptica?...

...tengo esta manía de despeje visual: cuando veo por ejemplo una vidriera toda llena de zapatos, no puedo fijar la vista en ninguno, me meto en el negocio y me voy a algún rincón con poca mercadería y ahí empiezo a probarme tranquila. y como lectora de historietas, muchas veces esta dificultad me abatata a la hora de abordar una página de esas medio densitas con muuuuchos cuadros con dibujos y textos abigarrados. y paso las hojas hasta encontrar alguna donde al menos se hayan juntado 2 o 3 cuadritos formando uno solo apaisado. (observad que os estoy confesando un grave pecado lector)

las excepciones son por ejemplo "cuori pazzi" de altan (lo amo locamente yo también), "ranXerox" de... (¿era liberatori? ay, tengo una laguna), las historietas que salían en "fierro" (me las leía todas, como borrachita de un sentimiento heroico-generacional, algo así), "tin tin" de hergé y aquella maravilla absoluta que era ¿"nemo"? (el chico que soñaba y salía volando en la cama hacia sus aventuras, donde apareció por primera vez el gato félix).

como verás, lo mío es muy limitado, espero que mi adorado istvan levante la puntería.

ahhhh, pardón pardóóónnnnn

me olvidaba de mi ídola MÁXIMA: "mafalda". todos de pie.

(a tal punto, que cuando me casé, en la torta de bodas en vez de poner los tradicionales muñequitos, pusimos un homero simpson y una mafalda. mi marido se había criado en new york)


Istvansch

Respecto de lo que decís. Lo que me parece importante es que en géneros como la historieta o el cine o la televisión (ya sé que uno es de imagen fija y otro de imagen en movimiento e implican cosas distintas, pero digo por citar géneros que congregan a distintas personas para su ejecución) no se genera un debate por quién dio el primer paso, se sabe que son géneros que están hechos por más que una persona y se reivindica a cada quien en su rol.

El libro para chicos también está hecho por más de una persona (y más si es álbum) y hay una rarísima necesidad del lector de saber "¿pero de quién fue la idea?" como si eso fuera lo importante.

Lo importante es cómo están resueltas las ideas, no quién las tiene.

Yo he ilustrado, y muy bien, textos horribles de autores olvidables. Si esos libros funcionan por algo es por las ilustraciones... pero ¿mi nombre debe ser puesto más chico que el del escritor porque él tuvo la idea?

¿De qué sirve tener una buena idea y destrozarla en un texto?

Si el ilustrador sabe tomar esa idea y hacerla en imágenes, la autoría de esas imágenes pasan al ilustrador y ¿qué importa de quién fue la idea?

La ley no defiende las ideas, defiende la forma en que ellas son formuladas. Las ideas son indefendibles porque una idea mía en este momento aquí puede estar siendo pensada por alguien en mis antípodas en este mismo momento... y eso no es regulable.

Volviendo al eje: en géneros (no sé si más masivos) pero sí menos escolares, como la historieta, que trajiste a colación, eso está asumido como algo intrínseco y no se lo discute.


Mónica Weiss

estimada starosta, quería agregar algo sobre lo que dijo istvan (coincido en todo con él) porque me parece que te está interesando saber cómo se construyen estas obras.

un ejemplo sugestivo es el de lewis carroll: cuando se le armaba una idea vaga acerca de un relato (como una nube) tomaba plumín y papel y dibujaba/probaba personajes, situaciones, etc.; y luego, mirándolos, iba armando el relato escrito.

entre paréntesis (en esta forma de trabajar encuentro muchas similitudes con el juego que los niños desarrollan con sus muñecos: se van a cualquier rinconcito, toman uno o más muñecos con las manos, y empiezan a hablar y a construir un universo inventado con reglas propias. los muñecos los ayudan a abstraerse y definirse a la vez.)

en las obras de co-autoría, la primera idea, el primer acercamiento puede provenir de cualquiera de las partes.

cuando istvan hace tanto hincapié en que no importa de dónde, es porque le surge el gigante justiciero tirando a jurídico: la ley de propiedad intelectual aclara que el autor de una obra no es quien tiene la idea sino quien la desarrolla en forma de obra original. sino por ejemplo, mi amado billy (shakespeare) no podría ser considerado autor, ya que muchísimas de sus obras eran en realidad nuevas versiones de relatos previos.

a no asustarse los ocurrentes: también hay derecho de autor para las ideas. pero se aclara aparte (cosa bien notable en los créditos de las películas norteamericanas, donde los sindicatos tienen mucha fuerza).

pero en la construcción de obras de co-autoría, y si el equipo funciona más o menos bien, las cosas transcurren como en el dulce y sombrío cerebro de lewis carroll, o como en un juego con muñecos: uno y otro lenguaje se trenzan permanentemente, se influyen, se entrecruzan.



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