Así se hizo la historieta Bosquenegro

por Fernando Calvi

En nuestra sección Ficciones publicamos las primeras seis páginas de Bosquenegro, una historieta de Fernando Calvi.

Bosquenegro es el segundo libro de "Aventuras Dibujadas", una colección de libros de historietas para el público infantil y juvenil editada en Argentina por Domus Editora y coordinada por César Da Col.

A continuación, su autor nos cuenta cómo trabajó en la creación y producción de la historieta.

Primero, sobre la nada, unas ganas: hacer un mundo de pequeñas criaturas, monstruitos. Y que en ese universo convivieran diversas influencias: las historietas de Los Pitufos, Los Muppets de Jim Henson, El Cristal Encantado de Henson y Froud, Cowa! de Akira Toriyama, las historietas de Joan Sfarr y sus compinches. También una necesidad: una historieta infantil —divisible en capítulos pero que funcione como libro— para publicar primero en revistas y luego tratar de recopilar en un álbum. Entonces vienen días de anotar ideas y situaciones, y garabatear personajes.

En el medio de todo esto, caminando por ahí, llega la punta del ovillo: un personaje le pega a una cosa (costumbre que detesto) porque está enojado, y esa cosa se queja. Que la cosa sea una piedra parece buena idea. Y así comienza a escribirse el guión.

Paralelamente, van apareciendo los protagonistas, algunos, como "Chochan" llegan de una y así quedan (aunque en el primer boceto tenía alas, no recuerdo cuándo ni por qué las perdió), otros como "Orko", el guerrero iracundo, son más esquivos.

La onda de los guiones se define con la llegada de la bruja que cuenta historias. Así puedo llenar la historia, que por un lado quiero que sea costumbrista y, por el otro, de aventuras (pero sin mover a los personajes). La fusión de historias con la realidad de Bosquenegro fue saliendo así. Y en cuanto me di cuenta de eso, allí puse el acento.

Con el argumento definido —y escrito como si fuera un cuento— dibujo pequeños bocetos; así nomás, rápido, contando la historia de la manera más fluida y balanceada posible. Cuando esos bocetos funcionan, diseño definitivamente los personajes (aunque algunos, son diseñados directamente en la página).

Después dibujo las páginas a lápiz en un papel grande.

Y luego paso los dibujos a tinta con marcadores varios. Entonces comienza la tarea de escanear las páginas (tarea tediosa si las hay), y la aplicación del color (¡todo alegría y diversión!).

En éste libro conté con la ayuda de Jazmín Pisaco —gran artista— para el color de algunas secuencias.

Paralelamente al proceso de dibujo, voy redactando el guión final, rogando que los diálogos quepan en los globos. Me gusta y, hasta ahora, trabajo siempre así, escribir los textos y diálogos cuando la página ya está dibujada; así sé qué cosa hace falta decir, y qué no. Pongo las letras con la computadora (a veces lo hago a mano) y... voilá, ¡listo para servir!