203 | AUTORES | 28 de marzo de 2007

Foto de Leo LionniLeo Lionni

Informe preparado por Marcela Carranza

"Para mí, al menos, un buen libro para niños describe esos momentos remotos cuando nuestra vida todavía no había sido sometida a las imposiciones y a las exigencias del mundo adulto. De ahí que un buen libro para niños sea, inevitablemente, autobiografía." Leo Lionni


Datos biográficos

Leo Lionni nació en Amsterdam (Holanda) el 5 de mayo de 1910. Su padre era pulidor de diamantes y su madre, de origen italiano, ex cantante de ópera. Desde muy pequeño manifestó su inclinación por el arte motivado por el ambiente familiar y las frecuentes visitas a museos vecinos de su ciudad natal.

"Yo de pequeño —comenta Lionni en una entrevista—, al ser vecino de dos de los mejores museos de Europa, pasaba gran parte de mi tiempo allí. Así de la manera más natural, pensé que algún día sería pintor." (1)

Además de su interés por las obras de arte, a Lionni de niño le fascinaba coleccionar animales y construir terrarios. Una vez adulto el autor reflexionó sobre esta pasión infantil y encontró en ella el escenario y el clima de sus relatos, el estilo de las lustraciones, incluso la identidad de sus protagonistas:

"Cuando yo era un niño, era coleccionista apasionado de pequeños animales, sobre todo de reptiles. Los guardaba dentro de un terrarium que tenía paredes de vidrio donde, con una mezcla de orden y azar, arreglaba arena y piedras, musgos y helechos, para simular un hábitat natural. Con un impresionante sentido de presencia recuerdo sus formas, colores y olores, y por supuesto la sorprendente sensación de frío al tacto de los cuerpos resbaladizos de ranas y salamandras, el ritmo rápido de sus pequeños corazones latientes."

"En realidad, estos pequeños paisajes que compuse fueron las primeras metáforas deliberadas de mi vida como artista. Como los jardines japoneses, eran mundos alternativos de contemplación y de mi propia creación. Eran seguros, predecibles, sustitutos estables de una realidad en permanente movimiento. Eran un refugio del hostil e incierto mundo que me rodeaba. Yacían dormidos e ignorados en mi memoria, a lo largo de las dificultades de la vida adulta. Hasta que hace poco, en un momento de introspección crítica, de repente, después de medio siglo, los reconocí en las fábulas que he escrito e ilustrado. Entonces, me di cuenta de que los protagonistas de mis cuentos eran los mismos pequeños actores silenciosos quienes, durante la etapa de paredes de vidrio de mi infancia, representaron la compleja ficción de casualidad y destino, naturaleza y artificio, vida y muerte. Había ignorado su continua presencia, pero entonces supe cuánto me había condicionado la selección de temas, las preferencias formales, todo el intrincado juego de símbolos que caracterizan mi trabajo como artista." (2)

Paradójicamente Leo Lionni nunca se formó académicamente en Bellas Artes, estudió Economía y obtuvo un doctorado en Economía Política en 1935. En 1939 emigró a Estados Unidos, iniciando allí su carrera en publicidad. Se desempeñó como Director de Arte de diversas publicaciones periódicas, entre ellas la prestigiosa revista Fortune; al tiempo que desarrollaba su actividad como pintor, escultor y ceramista.

Leo Lionni publicó su primer libro para niños, Pequeño Azul y Pequeño Amarillo (3), en 1959. La historia fue creada de manera azarosa por el autor para entretener a sus nietos durante un viaje en tren, utilizando pequeños trozos de papel de color como personajes. El hecho es que Pequeño Azul y Pequeño Amarillo constituye un clásico contemporáneo de la literatura para niños, y convirtió a su autor en uno de los pioneros del libro-álbum. El uso de la representación abstracta y del collage como técnica, introducidos por Lionni en su primer libro, no sólo revolucionó la ilustración de los libros infantiles, sino que sentó las bases de un género experimental desde sus orígenes.

Para este autor el libro-álbum ocupa un lugar central en la formación de los pequeños lectores, de este modo en su artículo "Antes de las imágenes" señala:

"Uno de los ingredientes más importantes para estimular y dirigir la imaginación infantil es el libro-álbum. Pues es allí donde el niño tendrá su primer encuentro con una fantasía estructurada, reflejada en su propia imaginación y animada por sus propios sentimientos. Es donde, con la mediación de un lector adulto, descubrirá la relación entre el lenguaje visual y el verbal. Más tarde, cuando esté solo y pase las páginas una y otra vez, las ilustraciones articularán su primer monólogo interior consciente. Y con el recuerdo de la voz que se ha formado a partir de sus silentes palabras, y del ritmo obtenido, tendrá su primera clase de retórica. Sin saberlo, aprenderá acerca del principio y del fin, la causa y el efecto, y la secuencia. Y, sobre todo, descubrirá un nuevo tipo de mundo verbal, muy diferente en cuanto a estructura y estilo, al caótico tráfico verbal que lo ha rodeado hasta entonces. El libro-álbum, en medio de un ambiente complejo, muchas veces represivo e incomprensible, se convierte en una isla imaginaria. Como el terrarium de mi juventud, es un mundo alternativo donde puede experimentar y aprender sobre el mundo que le rodea." (4)

Está claro que para Lionni la literatura infantil y en particular los libros ilustrados, son cosa muy seria. Al tiempo que un libro ilustrado construye para el niño un mundo alternativo que le permite organizar y estructurar su fantasía, y por ende organizar en su mente el caótico mundo que le rodea, "el arte, de hecho, siempre expresa sentimientos de la infancia." El artista, y en particular el autor de libros infantiles "debe regresar a los lugares y circunstancias de su niñez en busca de sus estados de ánimo e imágenes." Para Lionni todo buen libro para niños es, inevitablemente, autobiográfico.

Creador de obras de arte tanto para adultos como para niños, Lionni afirma enfáticamente que las energías requeridas al artista para un público infantil no difieren en absoluto de los esfuerzos dirigidos al público adulto. Si en el adulto que crea subyace la memoria del niño que se sorprende frente al mundo, tampoco los niños son seres tan diferentes y exóticos. De este modo podemos suponer, no existiría una brecha insalvable entre niños y adultos, sino por el contrario la gozosa posibilidad de comunicarse entre sí a través del arte.

"De hecho, cuando me preguntan si mi trabajo como autor de libros para niños requiere de un conocimiento de psicología infantil o si pienso o me preocupo por mi audiencia, mi primera respuesta, por instinto, es siempre un enfático: '¡no!'. Sin embargo, casi de inmediato me siento obligado a justificar ese monosílabo impetuoso."

"Lo que en verdad significa mi 'no' es que considero que el impulso de hacer libros para niños, los placeres y los pesares del proceso que conlleva, y la intensidad y calidad de las energías creativas que reúne, realmente no constituyen algo diferente a otros intentos artísticos dirigidos hacia la llamada audiencia adulta. También significa que rechazo la noción de que el niño es una criatura diferente y misteriosamente exótica, cuyos sentimientos, pensamientos y conducta sólo pueden ser entendidos, explicados y manipulados a través de la mediación de expertos." (5)

Mediante la simplicidad gráfica de sus imágenes, el uso de técnicas fácilmente reconocibles para los niños como el collage, las acuarelas, los lápices de colores, crayones, cartulinas... (6) Lionni construye historias sencillas que suponen, en palabras del autor: "una comprensión intuitiva de la esencia de las cosas y de los acontecimientos". A menudo la forma de la narración remeda a la fábula e incluso la utiliza deliberadamente como modelo; este es el caso de Frederick (7) uno de sus libros más famosos y premiados, donde la tradicional fábula de Esopo, "La cigarra y la hormiga", se ve invertida de manera tal que resulta otra muy distinta —podríamos decir opuesta— la visión que nos ofrece del arte y de su lugar en la vida. El ratoncito poeta, Frederick, un doble de la castigada cigarra/artista de Esopo, es aceptado por los compañeros de madriguera, quienes se disponen a disfrutar de su poesía durante los duros meses del invierno. En Una piedra extraordinaria (8), el ya muy anciano autor de libros para niños nos ofrece un relato donde la voz narrativa comete los mismos errores que sus personajes, dejando al pequeño lector la sorpresa y la risa frente al "error adulto". El humor se sostiene en la persistente equivocación de las ranas, pero especialmente en ese narrador, que en la fábula y en los cuentos tradicionales se supone siempre confiable y veraz. Mientras en la fábula clásica el narrador constituye la voz adulta que explica y enseña, que no deja lugar a la duda; aquí, la voz del narrador se equivoca junto a las ranas, y el pequeño caimán es nombrado como "el pollo" una y otra vez ocasionando la risa y la corrección del niño lector. Jessica, la rana protagonista de esta historia, se asemeja a otros personajes artistas como Frederick y Matías (9); aunque ella no es productora de obras de arte, sí posee la capacidad de exploración y asombro frente al mundo, propia de la infancia, y que para Lionni es el origen del Arte.

Desde el ya nombrado Pequeño Azul y Pequeño Amarillo, con el que Lionni inicia su labor artística dedicada al público infantil, hasta su último libro, Una piedra extraordinaria —publicado en 1994 cuando el autor tenía 84 años de edad—, transcurrieron treinta y cinco años de labor artística, y más de treinta títulos creados para los niños. Sin embargo un gran porcentaje de su obra, o bien no ha sido traducida aún al español o, traducida hace años, se encuentra descatalogada. Llama la atención respecto a este punto y como se puede observar en la bibliografía a continuación, el numeroso porcentaje de títulos publicados en Buenos Aires en el año 1975 por la editorial Kapelusz (seis títulos sobre un total de catorce libros traducidos al español) en costosas ediciones encuadernadas en cartoné; verdaderas joyitas que conservan algunas bibliotecas argentinas desde hace años, aunque lamentablemente no siempre quienes median entre los libros y los niños tengan alguna información sobre el valor de ese material.

Del resto de los títulos traducidos felizmente dos han tenido una edición reciente de Kalandraka (España): Frederik y Pequeño Azul y Pequeño Amarillo. Este último, obra maestra del género, editado por primera vez en español cuarenta y seis años después de su aparición en inglés. Estos sencillos datos nos brindan un panorama que podemos interpretar como falta de interés, al menos desde la producción editorial en habla castellana, por uno de los autores más importantes de libros para niños. Circunstancia que se contradice con los numerosos premios recibidos por Lionni. El Lewis Carrol Shelf Award en 1962; el Premio Alemán de Literatura Infantil (libro ilustrado) por su obra Nadarín en 1965; Manzana de Oro de la Bienal de Ilustraciones de Bratislava en 1967 por Frederick. Y cuatro veces ganador del Caldecott Honor Book: con Pulgada a pulgada en 1961, Nadarín en 1964, Frederick en 1968 y Alejandro y el ratón a cuerda en 1970. En 1984 es otorgada a Lionni la Medalla de Oro del Instituto Norteamericano de Artes Gráficas.

En 1988 Lionni publicó su autobiografía, inédita en español: Between Worlds (10). Falleció en Toscana el 11 de octubre de 1999 a la edad de 89 años.

Notas

(1) Citado por: Pello Añorga y Nerea Alzola. "Leo Lionni". En: 14 autores de Literatura Infantil. Eskoriatza (Gipuzkoa), Mondragon Unibertsitatea, 1998; pág. 43.

Rodríguez, Marcela. "Semblanzas de cuatro ilustradores". En: Parapara Nº 11. Caracas, Banco del Libro, junio de 1985; pág. 37.

(2) Lionni, Leo. "Antes de las imágenes". En: El libro-álbum: invención y evolución de un género para niños. Antología. Caracas, Banco del Libro, 2005. Colección Parapara Clave. Pág. 152. (Artículo publicado originalmente en Horn Book 60, Nº 6; nov-dic 1984.)

(3) Lionni, Leo. Pequeño Azul y Pequeño Amarillo. Texto e ilustraciones del autor. Traducción de Pedro Almeida. Sevilla, Kalandraka Ediciones Andalucía, 2005. Colección Libros para soñar. Nota de Imaginaria : En la sección "Reseñas de libros" publicamos un comentario crítico de Marcela Carranza sobre este libro.

(4) Op. cit.; pág. 153.

(5) Op. cit.; pág. 151.

(6) Nota de Imaginaria: Para apreciar más detalles sobre la técnica de Leo Lionni sugerimos ver el artículo "El terrarium de Leo Lionni" que publicamos en la sección "Galería", aquí.

(7) Lionni, Leo. Frederick. Traducción de Ana María Matute. Barcelona, Editorial Lumen, 1969. Nueva edición: Pontevedra, Kalandraka Editora, 2004. Colección Libros para soñar. Traducción de José Manuel Gonzalo Barreiro.

Portada(8) Lionni, Leo. Una piedra extraordinaria. Traducción de Verónica Uribe. Caracas, Ediciones Ekaré, 1998. Colección Primeras Lecturas. El título original de este libro es An Extraordinary Egg (1994)

(9) Nota de Imaginaria: Matías es el ratón protagonista del libro El sueño de Matías. Traducción de Esther Tusquets. Barcelona, Editorial Lumen, 1992.

(10) Nota de Imaginaria: Lionni, Leo. Between Worlds: The Autobiography of Leo Lionni. New York, Alfred A. Knopf, 1997.

 


Bibliografía en castellano (Texto e ilustraciones de Leo Lionni)

PortadaPulgada a pulgada. Traducción de Teresa de Ka Haba. Nueva York, Ivan Obolensky Inc., 1960. Colección Astor.

PortadaNadarín. Ilustraciones del autor. Traducción de Ana María Matute. Barcelona, Editorial Lumen, 1969.

 

PortadaFrederick. Traducción de Ana María Matute. Barcelona, Editorial Lumen, 1969. Nueva edición: Pontevedra, Kalandraka Editora, 2004. Colección Libros para soñar. Traducción de José Manuel Gonzalo Barreiro.

PortadaAlejandro y el ratón a cuerda. Traducción de Verena Kull. Buenos Aires, Editorial Kapelusz, 1975.

PortadaLa casa más grande del mundo. Traducción de Verena Kull. Buenos Aires, Editorial Kapelusz, 1975.

 

PortadaUn pez es un pez. Traducción de Verena Kull. Buenos Aires, Editorial Kapelusz, 1975.

El ratón Colaverde. Traducción de Verena Kull. Buenos Aires, Editorial Kapelusz, 1975.

Tico y las alas doradas. Traducción de Verena Kull. Buenos Aires, Editorial Kapelusz, 1975.

PortadaTeodoro y el hongo parlante. Traducción de Verena Kull. Buenos Aires, Editorial Kapelusz, 1975.

Portada¡Prohibido a los gatos! El año del ratón. Traducción de José Luis Giménez-Frontín. Barcelona, Editorial Lumen, 1984.

 

PortadaTili y el muro. Traducción de Hugo A. Brown. México, C.E.L.T.A. Amaquemecan, 1991. Colección Barril sin fondo.

PortadaEl sueño de Matías. Traducción de Esther Tusquets. Barcelona, Editorial Lumen, 1992.

 

PortadaUna piedra extraordinaria. Traducción de Verónica Uribe Caracas, Ediciones Ekaré, 1998. Colección Primeras Lecturas.

PortadaPequeño Azul y Pequeño Amarillo. Traducción de Pedro Almeida. Sevilla, Kalandraka Ediciones Analucía, 2005. Colección Libros para soñar.

PortadaSu propio color. Traducción de Teresa Mlawer. New York, Lectorum Publications, 2006.

Bibliografía consultada

Garralón, Ana. "Clásicos infantiles: Leo Lionni". En: Revistababar.com. Literatura infantil y juvenil.

Lionni, Leo. "Antes de las imágenes". En: El libro-álbum: invención y evolución de un género para niños. Antología. Caracas, Banco del Libro, 2005. Colección Parapara Clave. Pág. 150-155.

Morán, José. "De fábulas, ratones y niños. Recordando a Leo Lionni". En: Peonza Nº 56. Santander (Cantabria, España), abril de 2001; pág. 52-57.

Pello Añorga y Nerea Alzola. "Leo Lionni". En: 14 autores de Literatura Infantil. Eskoriatza (Gipuzkoa), Mondragon Unibertsitatea, 1998; pág. 44-47.

Rodríguez, Marcela. "Semblanzas de cuatro ilustradores". En: Parapara Nº 11. Caracas, Banco del Libro, junio de 1985; pág. 36-37.


Foto de Marcela CarranzaMarcela Carranza (garrik@fibertel.com.ar) es maestra y Licenciada en Letras de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Como miembro de CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil) formó parte de la coordinación del programa de bibliotecas ambulantes "Bibliotecas a los Cuatro Vientos" y del equipo Interdisciplinario de Evaluación y Selección de Libros. Publicó artículos en revistas y participó como expositora en congresos de la especialidad. Actualmente se desempeña como coordinadora de talleres en el área de la literatura infantil y juvenil en la Escuela de Capacitación Docente (CePA), de la Secretaría de Educación del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, y profesora tutora en el Postítulo de "Literatura Infantil y Juvenil" de la misma institución.


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