182 | RESEÑAS DE LIBROS | 7 de junio de 2006

Cuando de noche llaman a la puerta

PortadaXabier P. Docampo
Ilustraciones de Xosé Cobas.
Traducción de Rafael Chacón Calvar.
Madrid, Editorial Anaya, 1996. Colección El duende verde.

Xabier P. Docampo ha escuchado muchas historias en boca de su padre, un gran contador, y ha pasado miedo con algunas de ellas. El truco para vencerlo: adueñarse de estos relatos, hacer que aniden en el alma, y formen parte de uno mismo. Con este fin —o quién sabe si quizá con algún otro propósito—, el autor nos invita a conocer, de un modo silencioso, algunos de esos cuentos que en su infancia le hacían mirar detrás de las puertas, encender las luces de su casa o cerrar la puerta del armario antes de irse a dormir.

Si hubiera que destacar alguno de los cuatro relatos que conforman el libro, me inclinaría por "El espejo del viajero" o "La loba". Ambos poseen un ingrediente que distingue a los cuentos magistrales de terror, aquellos que nunca abandonan nuestro recuerdo, y sobreviven al paso de los años y las lecturas, gracias al impacto que ejercieron sobre nuestra imaginación: la verosimilitud. A diferencia de los otros dos relatos del libro, donde encontramos elementos sobrenaturales, o claramente fantásticos, en estas dos historias la narración es perfectamente creíble y, por ello, más aterradora. En la primera de ellas, "El espejo del viajero", un caminante extraviado se topa con su doppelganger, y acaba asesinándole. Su castigo: vivir la vida de su víctima. En el segundo relato, un apuesto mujeriego, que abandonó a una joven para casarse con otra, muere abrasado mientras intenta rescatar a su hijo de las fauces de una loba, que no es sino la reencarnación de la despechada amante. Como diría La Sombra, "El crimen no compensa".

Desde las primeras páginas del libro, que se hace lamentablemente corto, la voz del narrador adquiere fuerza, y hay momentos en que nos parece estar junto a una chimenea, en una fría noche de invierno, oyendo a un señor con barba en cuyos ojos se reflejan las llamas del hogar, mientras nos hechiza, con voz tenebrosa, y una mirada de loco que le hace aún más creíble.

Al final del libro, el autor se confiesa: tiene miedo de que llamen a su puerta por la noche. Pero también de que pase mucho tiempo sin que nadie llame a ella.

Pablo Cruz

PortadaArtículo extraído, con autorización de los editores, del libro Cien libros para un siglo, del Equipo Peonza (Madrid, Editorial Anaya, 2004).


Pablo Cruz (webmaster@revistababar.com) es especialista en literatura infantil y juvenil. Actualmente coordina el sitio web de la revista Babar (www.revistababar.com)


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