57 | LECTURAS | 8 de agosto de 2001

La literatura infantil por los caminos de la Web

por Roberto Sotelo y Eduardo Abel Gimenez
(directores de Imaginaria)
Ilustrado por Douglas Wright

 

Texto de la ponencia presentada por los autores en la mesa redonda "Comportamientos lectores a través del tiempo. Por qué y para qué leer. Los libros en busca de sus lectores y viceversa. La creación de tiempos y espacios de lectura: obstáculos y alternativas. La literatura infantil y juvenil por Internet. Narración de experiencias", realizada dentro del marco de las Jornadas para Docentes y Bibliotecarios "Leer, escribir y contar. La literatura infantil y juvenil: estrategias para resistir en tiempos de crisis" de la 12ª Feria del Libro Infantil y Juvenil (Buenos Aires, julio de 2001).

Dibujo de Douglas Wright

Imaginaria, un lugar para que la literatura infantil se haga visible

Quienes transitamos por la literatura infantil con el rol de mediadores a cuestas —docentes, bibliotecarios, padres, o sencillamente adultos dispuestos a aficionar a un niño o a una niña a la lectura—, comprobamos que los libros para chicos no forman parte del contenido que ofrecen los grandes medios de información y de comunicación. Ni en los periódicos ni en las revistas de actualidad aparecen con regularidad informaciones o comentarios sobre libros infantiles. Esta ausencia es muchísimo más evidente en la radio y en la televisión.

La situación no deja de extrañar, porque en todos estos medios sí se comentan libros. Es más, no hay periódico que se precie de importante, que no edite un suplemento literario.

Para los grandes medios, la literatura infantil es invisible. Así lo definió muy bien —hace poco tiempo— un grupo de intelectuales españoles:

"La presencia de las novedades de Literatura Infantil y Juvenil en los medios es casi inexistente en relación a la importante -en cantidad y calidad- producción anual. Casi nunca se analizan en profundidad libros para niños o jóvenes. (...) El tratamiento que se da actualmente a la Literatura Infantil y Juvenil crea una barrera artificial entre lo que se escribe para niños y jóvenes y lo que se escribe para adultos, cuando las dos formas de escritura son Literatura. La Literatura Infantil y Juvenil, invisible a los ojos de la crítica y de la sociedad, queda marginada y relegada a la condición de subgénero, y sólo en casos excepcionales se considera que puede alcanzar auténtica calidad literaria y relevancia cultural." (Manifiesto contra la invisibilidad de la Literatura Infantil y Juvenil, diciembre de 2000)

Por suerte, es cierto lo de las excepciones. Seguro que hubo y hay honrosas excepciones. Pero, lamentablemente, siempre que tenemos que referirnos a la literatura para los más pequeños entramos, inexorablemente, en el terreno de la excepción.

Esta condición de "invisible" de la literatura infantil complica el trabajo de los mediadores. Y en muchos casos, por ejemplo en realidades no urbanas, la llegada de la información es inexistente.

¿Cuáles son las últimas novedades editoriales en literatura infantil?

¿En qué libro se puede encontrar un cuento que aborde determinada temática?

¿Dónde hallar la bibliografía completa de un autor?

¿A qué publicación suscribirse para encontrar material teórico sobre literatura infantil?

¿Cómo enterarse de los muchísimos concursos, congresos, premios, talleres, cursos o estudios que se están realizando actualmente sobre el género?

La lista de interrogantes podría ser más extensa pero tal vez se podría sintetizar en una sola pregunta:

¿Qué libros, qué lecturas, seleccionar y elegir para ayudar a construir el desarrollo lector de un niño?

Dentro de este contexto, y ante la necesidad de subsanar una carencia y revertir una tendencia, surgió la idea de Imaginaria.

Imaginaria es una publicación sobre literatura infantil y juvenil con una característica muy particular: la virtualidad. Gracias a esta particularidad, se inserta y circula por un medio de comunicación e información asombroso: Internet. Un medio democrático y potencialmente accesible y masivo como ninguno.

Imaginaria es una revista que llega en forma virtual, de inmediato y sin costos, a miles de personas interesadas en saber sobre literatura y libros para chicos. A quienes crean esa literatura, a quienes producen esos libros, a quienes los estudian y analizan, a quienes los seleccionan y recomiendan, para que el destinatario natural, el niño, los pueda leer y disfrutar.

Por ese motivo, además de generar contenidos, intentamos difundir y relacionar todo lo mucho que ya se está produciendo y haciendo en torno a la literatura infantil: datos sobre autores (su vida y su obra); comentarios de libros; artículos teóricos; creación literaria; información sobre eventos, publicaciones y sitios en la web, y un etcétera muy largo.

Así, desde hace dos años, con más de 50 números editados, Imaginaria se constituyó en un espacio de información y en un vehículo de comunicación en Internet. Con cerca de 800 artículos sobre literatura, lectura y libros para niños, enlaza cada 15 días a más de 10.000 mediadores en todo el "mundo mundial" (como diría Manolito Gafotas, el personaje de la escritora española Elvira Lindo).

Este espacio de información y este vehículo de comunicación permiten también generar un rico intercambio entre creadores y mediadores (y de ambos entre sí), salteando distancias geográficas y husos horarios.

Hacer Imaginaria es una tarea laboriosa y, por momentos, difícil de sostener por la escasez de recursos con que cuentan los proyectos culturales en esta parte del planeta. Pero, a la vez, es grato y reconfortante gracias a la compañía entrañable de colaboradores y lectores.

Y por sobre todo, por la certeza de saber que en ella la literatura infantil se hace visible y se refleja en múltiples direcciones.


Comparación:
Publicación en Internet y publicación impresa

Dibujo de Douglas Wright

Igual que la revista impresa, un website se puede juzgar por su calidad de contenidos, puntualidad en las entregas, honestidad en la línea editorial, continuidad a lo largo del tiempo, etc. Estos puntos esenciales no dependen del medio sino de quienes están trabajando detrás.

Sin embargo, hay muchas diferencias entre Internet y el papel, algunas de las cuales detallaremos ahora.

No queremos con esto llegar a la conclusión de que una publicación en Internet es mejor (o peor) que una publicación en papel. Sólo vamos a señalar algunas ventajas y algunas desventajas, para mostrar qué es lo que da y qué es lo que quita nuestro medio digital.

Algunas ventajas de publicar en Internet:

Distribución ilimitada. Se llega sin esfuerzo a todos los rincones del mundo donde haya una computadora conectada a Internet. En cuanto una página está en la Web, se puede acceder a ella desde cualquier sitio. Así, Imaginaria llega a más de 50 países: todos los de habla castellana, la mayor parte de Europa, y varios de Asia, África y Oceanía.

Inmediatez de la publicación. Se llega a todas partes minutos después de haber terminado de preparar las páginas, tanto a las grandes ciudades como a los pueblos pequeños. Esto cambia de un modo esencial el ciclo clásico de la publicación en papel, que interpone varios pasos entre la redacción y el lector (impresión y distribución, los más notorios).

Actualización. La misma inmediatez del punto anterior permite corregir errores, agregar información, hacer mejoras en general, con mucha facilidad. Cada página es fluida y modificable, a diferencia del papel que queda congelado para siempre.

Disponibilidad de la colección completa. El archivo de lo publicado está permanentemente al alcance de quien visita el sitio en la Web. Así, con un buscador interno como el que ofrece Imaginaria [ver arriba a la izquierda en esta misma página], es posible encontrar con mucha rapidez cualquier información que se busca (o descubrir igualmente rápido que la información no está allí, y buscar en otro sitio).

Volumen. Al no depender de una cantidad prefijada de papel, no hay medidas estrictas para la longitud o la cantidad de artículos.

Interactividad. Se puede ofrecer al lector la posibilidad de comunicarse inmediata y permanentemente con los productores de los contenidos que está leyendo: directores, colaboradores, autores, etc. Por ejemplo, cualquier lector puede, vía email, mantener una conversación persona a persona con alguno de los autores que nos han autorizado a publicar su dirección, o invitarlos a su escuela.

Interconexión. Esto se explica mejor con un ejemplo. Publicamos en Imaginaria un capítulo del libro de María Adelia Díaz Rönner Cara y cruz de la literatura infantil. En mitad del capítulo la autora propone leer el cuento "Monigote en la arena", de Laura Devetach. Esta invitación, hecha en papel, lleva a buscar el cuento en un estante, o ir a una biblioteca. En Imaginaria, un link lleva directamente a otra página donde se encuentra el texto en cuestión. Semejante interconexión, que se da de muchas formas y en muchos sitios de nuestra publicación, agrega una dimensión más a los métodos tradicionales de recuperación de la información.

Dibujo de Douglas Wright

Algunas desventajas de publicar en Internet:

Dependencia de aparatos. Se puede leer un libro o una revista sin ayuda externa. Un video requiere aparatos. La Web requiere más aparatos que cualquier otro medio. Cuando el teléfono puede fallar, la luz cortarse, la computadora colgarse, etc., el medio se hace menos confiable. De todos modos, el problema no es mayor que los que aquejan a la televisión por cable, y la tendencia es a que se vaya solucionando.

Transitoriedad. Por el momento, los contenidos de la Web no son permanentes. Dependen de que alguien los mantenga en un servidor. A menos que el visitante los baje a un disco propio, sólo cuenta con el compromiso de quien los publica. El papel sigue estando, el sitio en la Web quién sabe.

Dibujo de Douglas Wright

Lectura en pantalla. Está probado que leer en la pantalla de un monitor es una tarea más lenta y cansadora que leer en papel. Muchos visitantes de Imaginaria optan por imprimir los artículos, con lo que evitan esta desventaja, pero pierden la interactividad.


Importancia de la computadora conectada a Internet

Como adelantamos, no queremos llegar a una conclusión sobre si es mejor publicar en Internet o en papel. Pero quisiéramos dejar sentada una postura muy fuerte:

Por el derecho que tenemos todos de acceder a la información y a estar comunicados, la presencia de una computadora conectada a Internet en un centro educativo o en una biblioteca se convierte en una reivindicación tan importante (y al mismo nivel) como contar con un teléfono, una radio o un televisor. Es decir que, especialmente en algunos lugares muy alejados de los centros urbanos, el reclamo de una máquina conectada a Internet, debería correr por un carril paralelo (y no menos decisivo) al del reclamo de la copa de leche, bancos en donde sentarse y libros para la biblioteca.


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