172 | BOLETÍN DE ALIJA (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de la Argentina) | 18 de enero de 2006

Un largo adiós

María Hortensia Lacau (30 de octubre 1910 - 12 de enero 2006)

Foto de María Hortensia LacauImponía respeto. Parecía severa. Alta, elegante, con el cabello impecable. Ojos inquisidores y voz potente. Sin embargo, conociéndola —como me ocurrió a mí desde fines del sesenta y principios del setenta—, destilaba ternura, solidaridad; era generosa con sus conocimientos, aguda crítica y sin pelos en la lengua para interpelar, discutir y defender su teoría.

Mis primeros encuentros fueron en los "Seminarios-Taller" de la Universidad de Córdoba, fundados por Malicha Leguizamón y Lucía Robledo a fines del sesenta, Seminarios que aun no han sido superados. Otros espacios y otros encuentros me hicieron frecuentar a María Hortensia, con quien hablábamos sin trabas. Durante mi época de profesora de enseñanza media, los libros de Castellano y Literatura en colaboración con Mabel Manacorda de Rosetti fueron invalorables, como así también las Antologías de avanzada que proponían para los jóvenes de la escuela secundaria, incorporando autores de literatura argentina y latinoamericana, generalmente desconocidos para los estudiantes. La propuesta estructuralista contaba con dos grandes educadores en Argentina. Completó esa línea literaria como Directora de la colección "Grandes Obras de la Literatura Universal" (GOLU) en la editorial Kapelusz, con prólogos inteligentes para estudiantes y profesores.

Además de ejercer como Profesora de Literatura en el Nacional Buenos Aires, en el Carlos Pellegrini (ambos dependientes de la Universidad Nacional de Buenos Aires) y de otras escuelas medias, fue Directora del Normal Nº 4 en la ciudad de Buenos Aires. En la Universidad fue profesora de "Comentario de textos" en los cursos de ingreso de la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA.

Su producción fue polifacética: libros de ensayo, poesía para niños y para adultos, directora de colecciones para niños y jóvenes (en Editorial Plus Ultra), representante argentina en diversos Congresos nacionales e internacionales. Su libro Tiempo y vida de Conrado Nalé Roxlo: entre el ángel y el duende (Plus Ultra, 1976), recibió la Faja de Honor de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE), en 1977. En 1984 recibió el Premio Emecé por su libro de cuentos Gris Buenos Aires, año en que también fue galardonada por la Fundación Konex como una de las mejores autoras de libros para niños.

Su libro Didáctica de la lectura creadora —reeditado en Ethos en 2002, en una edición corregida y ampliada— logró numerosos seguidores docentes, no sólo por su propuesta, sino también por la selección de textos y su enfoque creativo. Al referirse a su trabajo con adolescentes dijo: "Quien hace suya la pasión de la lectura, nunca podrá dejar de leer".

En una entrevista que le realicé para la revista Familia Cristiana en setiembre de 1979, María Hortensia se explicitó con claridad acerca de cuáles eran sus propuestas en la selección de textos que realizaba para las colecciones de Plus Ultra y qué consideraba fundamental en la Literatura para niños. Con respecto a los textos elegidos para sus colecciones dijo: "Me interesa hacer todo esto y me produce gran alegría, porque pienso que la obra personal se completa en gran medida cuando uno elabora una obra que no es personal, pero que da posibilidades a otros." Y sobre la literatura infantil expresó: "Ha habido durante mucho tiempo una falsa literatura infantil. Los objetivos de la literatura se han tergiversado, porque se ha confundido con el didactismo. (...) también suele confundirse lo que es auténticamente poesía de lo que es versificar. (,,,) El cuento también ha sido muchas veces desvalorizado. En tanto se lo utilice como ‘un medio para...’, deja de ser cuento. Tiene que estar bien escrito, tiene que tener clímax, un interés que vaya despertando su imaginación. Pero si se inventa un cuento para ponerlo al servicio de una moraleja o para la adquisición de un conocimiento, deja de serlo. Y el verdadero cuento va a dejar conocimiento sin habérselo propuesto." Ante la pregunta "Qué recomendarías a los padres que leen esta revista", respondió: "Es fundamental que los padres sepan que hay un gran movimiento de literatura infantil- juvenil en la Argentina. Y que si bien es una adquisición de unos siete u ocho años, tiene que preferir aquellas editoriales argentinas, antes que el libro traducido y que las eternas versiones requetemanoseadas de los cuentos tradicionales. Los padres deben informarse quiénes son los responsables de la dirección de colecciones y además leer los libros que lean sus hijos, porque lo que les gusta a los niños tiene que gustarle a los grandes y compartirlos juntos."

María Hortensia nos dejó mucho texto por redescubrir. Su generosidad y su apertura no se terminan con el adiós. Los que la conocimos de cerca, recordaremos su franqueza, su sensibilidad, su voz segura. Los que no tuvieron esa suerte, pueden todavía conocerla en sus libros y en los testimonios.

Susana Itzcovich
Presidenta de ALIJA


Algunas poesias de María Hortensia Lacau

¿Qué sueño!

Y vino don Topo Topón
que es muy dormilón,
y se quedó dormido
vestido
con traje y bastón.
Y se quedó dormido
lirón y lirón
arriba de siete colchones
y de un almohadón.

Canción con ola

Un día
una ola
que estaba
triste y sola
se puso a cantar.
Y desde entonces
cantan todas las olas del mar.

Noticia rara

El viernes a las tres
el señor ciempiés
se calzó sus veinte
pares de zapatos
negros al revés,
y sin más ni más
empezó a caminar para atrás.

Extraídas del libro País de Silvia (Buenos Aires, Editorial Kapelusz, 1962).

Se puede encontrar más información sobre María Hortensia Lacau en el sitio www.geocities.com/m_h_lacau, y en el Diccionario Biográfico de Mujeres Argentinas, de Lily Sosa de Newton (Buenos Aires, Plus Ultra, 1986), entre otros.


Artículos relacionados:

Links