Conversación abierta con Ana María Shua
Invitada especial del foro de Imaginaria y EducaRed
Entre el 3 y el 12 de agosto de 2005, Ana María Shua fue nuestra invitada especial.
Aquí presentamos la mayor parte de la conversación que mantuvo con los participantes durante esos diez días. La versión completa se encuentra en la sección correspondiente del foro, que lo invitamos a visitar. Hemos corregido errores de tipeo y aclarado algunas frases, respetando siempre el sentido de los mensajes originales. También hemos dividido el diálogo según los mismos temas que fueron apareciendo en el foro.
Presentación
Ana María Shua nació en la ciudad de Buenos Aires, Argentina, el 22 de abril de 1951. Es Profesora en Letras por la Universidad Nacional de Buenos Aires y trabajó como publicista, periodista y guionista de cine.
En una nota autobiográfica, la autora cuenta sobre sus primeras lecturas:
"A los seis años alguien me puso en las manos un libro con un caballo en la tapa. Esa misma noche yo fui ese caballo. Al día siguiente ninguna otra cosa me interesaba. Quería mi pienso, preferiblemente con avena y un establo con heno limpio y seco. Nunca antes había escuchado las palabras pienso, avena, heno, pero sabía que como caballo necesitaba entenderlas. Durante una semana pude haber sido Black Beauty pero fui Azabache, en una traducción inteligente y libre. Fui caballo de tiro y caballo de alquiler, recibí latigazos, estuve a punto de morir, fui rescatado... y llegué a la última página. Entonces, con terrible dolor, volví a mi cuerpo y levanté la cabeza: el resto del mundo todavía estaba allí. 'Deja eso que te va a hacer mal', decía mi madre. 'No se lee en la mesa', decía mi padre. Entonces descubrí que podía volver a empezar. Y otra vez fui Azabache y otra vez y otra vez.
"Después descubrí que podía ser un pirata y muchos, y la ciudad de Maracaibo y ser hombre, manatí, horror o piedra. Lo que acababa de empezar en mi vida no era un hábito: era una adicción, una pasión, una locura." ("Confieso que he leído", publicado en Benjamín —Boletín de ALIJA—, N° 21, diciembre de 1999).
A los 16 años publicó su primer libro de poemas, El sol y yo. Como escritora se dedicó fundamentalmente a la narrativa y es autora de varios libros de cuentos y novelas, algunas de ellas llevadas al cine (Soy paciente y Los amores de Laurita). También escribió guiones para obras teatrales y es la autora del guión de la película Dónde estás amor de mi vida, que no te puedo encontrar.
Ana María Shua es una gran especialista en microrrelatos (o también llamados cuentos brevísimos), que son historias de apenas dos o tres líneas de extensión. Cuatro de sus libros pertenecen al género del cuento brevísimo: La sueñera, Casa de Geishas, Botánica del caos y Temporada de fantasmas.
Su vasta producción de libros para niños y jóvenes, la convirtió en un importante referente dentro de este género en la Argentina.
Varias de sus obras fueron traducidas a otros idiomas y recibieron premios nacionales e internacionales. En 2004 la Fundación Konex distinguió su trayectoria profesional con el Diploma al Mérito en la categoría "Cuento", galardón que se otorgó a los escritores más destacados en los últimos diez años.
Sus datos biográficos, obras publicadas, premios y distinciones figuran en este informe de la revista Imaginaria: imaginaria.com.ar/03/1/shua1.htm
También en Imaginaria se pueden leer estos artículos relacionados:
Sara y el demonio Asmodeo (cuento)
El Show de los Muertos Vivos (cuento)
Un espíritu errante en América (cuento)
Tres poemas de "Las cosas que odio y otras exageraciones"
En el artículo "Escritores argentinos opinan sobre Harry Potter", dos comentarios de Ana María Shua sobre los libros de J. K. Rowling.
¡Te damos la bienvenida al foro, Ana María!
Preguntas varias
Eäriël
Hace unos meses leí "La sueñera" en su edición de Minotauro,
el papel color jengibre y con olor a canela. Y ahora tengo en mis manos la edición
algo más nueva, de Alfaguara, el papel apenas amarillento, con ilustraciones.
Dejando de lado los posibles cambios en los textos, si es que los hay (por ahora
sólo estoy saltando de página en página, así que no
sé si tengo que "extrañar" alguno de los que me gustaron antes)...
¿cuál te gusta más?
Es decir, mi pregunta es si preferís el libro sin imágenes, con
todo para imaginar, o esta versión ilustrada, con algunas "guías".
Sofia
Hola, bienvenida al foro, Ana María.
Yo te conocí hace algunos años (como escritora) a través de un hermosísimo cuento: "Fiestita con animación". Creo que estaba en el libro “La sueñera”. Me pareció un cuento fantástico (en todo sentido) y es el día de hoy y nunca me lo olvidé.
No conozco la nueva edición del libro, pero no me lo imagino ilustrado. Me gusta la ilustración que me dibujaste en la cabeza cuando lo leí.
¿Se te ocurren las ideas y después las desarrollás en un cuento?
Ana María Sua
El texto es exactamente el mismo en los dos libros, aunque a la mayor parte
de los lectores les cueste admitirlo. Te cuento la historia: la primera edición
salió en 1984 en una colección para adultos. Marcial Souto dirigía
entonces la colección "Minotauro" argentina, de Sudamericana + Paco Porrúa,
mítico editor español. Años después Alfaguara (Graciela
Pérez Aguilar dirigía entonces el departamento infantil) decidió
publicar el libro en una edición para jóvenes, en la colección
Serie Roja de Alfaguara Juvenil. En realidad, la colección juvenil se considera
dirigida a "chicos grandes". Las ilustraciones me gustan mucho, tanto que después
volví a trabajar con la ilustradora (Ana Luisa Stok) para mi libro de minificciones
"Botánica del caos". Lo que no me gusta son los ojitos que van al lado
de cada texto.
La publicación en una colección juvenil fue maravillosa porque me
permite mantener el libro vivo, con sucesivas reediciones. Y fue desastrosa, porque
ya nadie lo reconoce como "verdadero". Cuando un adulto pide "La sueñera"
en librería, le contestan que está agotado, que sólo tienen
la adaptación para chicos… Muchos, incluso, me han elogiado la inexistente
"adaptación". Como te decía, el texto es exactamente igual, pero
provoca distintos efectos de lectura.
Gracias por preguntar, me encanta que la gente se entere.
Andrés 1530
Me gustaría saber qué relación tenés con tus sueños (me refiero a los de dormir). ¿Los anotás?¿Considerás algunos premonitorios? ¿Los ves como a un filón de futuros cuentos?
Ah, me presento, soy Andrés y bienvenida.
Mabel 01
Bienvenida Ana María, para mí es todo un honor escribirte. ¿Por qué te digo esto? Porque siempre he tenido el sueño de conversar con Uds. (los autores) que nos dan tanto.
Soy docente de la ciudad de Ushuaia y nuestro mayor anhelo con mis alumnos es tener una relación más directa con los autores. Tengo a mi cargo 2º año EGB1 y quiero hacerte dos preguntas:
¿Te gusta tener intercambios de tus obras con los chicos que leyeron tus cuentos?
¿Alguna vez visitaste la feria del libro que se hace aquí todos los años en el mes de noviembre?
Ana María Shua
Hola Sofía, qué bueno que te haya gustado mi “Fiestita”.
Se publicó en mi libro de cuentos "Viajando se conoce gente". Quizás
lo leíste en alguna antología.
Bueno, cuando me siento a escribir un cuento, alguna idea previa tengo que tener…Sobre
todo cuando se trata de un cuento largo. Aunque no siempre sé de antemano
el final, como les pasa a otros escritores. Lo voy encontrando a medida que escribo.
A veces lo que tengo es una frase, una imagen, una situación, un personaje.
Nunca es exactamente igual. Me resulta mucho más fácil explicar
cómo se me ocurrió un cuento en particular que “los cuentos”
en general.
Para los brevísimos, el proceso es distinto. Puedo sentarme a escribir
sin tener la menor idea de lo que va a pasar y pensarlo todo en ese momento. Me
ayuda mucho leer brevísimos ajenos mientras estoy pensando uno mío.
Natalita
¡¡¡Hola Ana María, bienvenida!!!
¿En que brevísimos ajenos te inspirás? ¿Qué te gusta leer?
Ana María Shua
Hola Mabel. Seré sincera. Visito muchas escuelas y charlo con los chicos.
Por un lado me gusta, cargo pilas. Por otro lado me canso un poco de repetir siempre
lo mismo. Es muy raro (y muy lindo) que los chicos pregunten algo acerca del texto
que leyeron. Lo que suele suceder es que hacen preguntas generales, como las que
ven hacer por televisión a los periodistas que no saben nada del entrevistado
y tratan de zafar de algún modo. Los chicos me preguntan cuántos
libros escribí, cuánto tiempo me lleva escribir un libro, qué
me gustaría ser si no fuera escritora, a qué edad empecé
a escribir, cuál es mi autor favorito... Las preguntas no tienen nada de
malo, excepto que las contesté tantas veces...
Muy pocas veces, cuando leyeron con ganas, tienen ganas de preguntar algo sobre
los personajes o las situaciones del cuento y es ahí cuando aparecen las
novedades estimulantes.
Un diálogo con el autor le interesa a los chicos de 4o. para arriba. Los
más chicos se aburren un poco. Yo prefiero contarles un cuento.
Y a la segunda pregunta, no, nunca estuve en Ushuaia y me encantaría.
Hola, Andrés 1530. Cuando era adolescente solía tener pesadillas
espantosas. A veces me levantaba a la mañana lastimada y llena de moretones,
porque me tiraba de la cama para escapar de algo terrible que no siempre recordaba.
Pero no, nunca anoté un sueño. No anoto casi nada. Sólo lo
que me queda en la memoria me parece digno de ser escrito. Hace años creía
que mis sueños serían un filón inagotable. Ahora sé
que nada es inagotable, ni el agua, ni el aire, ni el petróleo... ¿por
qué lo iban a ser mis ideas? Ay, Andrés, hasta los sueños
se repiten...
Premoniciones: no. Para mí, lo que no sucedió no existe, por lo
tanto no se puede conocer, ni ver, ni saber, ni atisbar. Es decir, todo es posible.
Excepto la premonición, claro.
Andrés 1530
Bueno, habría que ver las premoniciones autocumplidas...
Quería preguntarte sobre tu manera de encarar una novela (no sé si encarar es el verbo...) ¿te pasa que querés hablar sobre un ámbito (mundo)? ¿Es un personaje atisbado que te llama para que lo cuentes? ¿Es un episodio (o dos combinados) que te pasó en el mundo llamado real? ¿Sabés desde el principio que va a ser una novela?
Ana María Shua
Hola Natalita, hola Sofía. Y sí, hay un par de autores de brevísimos
que prometen. Yo le veo mucho futuro a estos muchachos: Borges, Arréola,
Monterroso, Cortázar, Denevi, Bioy Casares, Blaisten, Kafka, Henri Michaux,
Frederic Brown. Hoy en Argentina escriben brevísimo Luisa Valenzuela, Raúl
Brasca, Juan Sabia, Pablo de Santis entre muchos otros. (Acabo de leer un librito
de De Santis, "Los signos", que me dio vuelta). En América Latina recomiendo
los de Gabriel Jiménez Emán, René Avilés Fábila,
Alvaro Menén Desleal, Alberto Chimal...y muchos, muchísimos más.
Hay un sitio muy interesante que se hace en México:
www.ficticia.com
Allí tienen una sección dedicada a las minificciones. El Daily Telegraph
tiene o tuvo un concurso de que ellos llaman "minisagas": textos narrativos de
55 palabras exactamente.
Hola Andrés ¡Ay, si yo supiera! Tratándose de una maldita
novela, "encarar" está muy bien. "Enfrentar" también podría
ser.
Para empezar por el final, sí, sé desde el principio que va a
ser una novela, con eso no hay dudas. Las ideas de novela son completamente distintas
de las ideas de cuento. Para empezar, tiene que haber un tema general que me afecte
profundamente, la novela me sale de las tripas. Con el cuento brevísimo
y hasta con el cuento tradicional tengo más libertad, no sé por
qué. Para escribir una novela, necesito un compromiso personal mucho mayor.
Pensar en el tema incluye pensar en una línea de acción. No todo
lo que va a pasar, pero sí cuál va a ser la línea en la que
me tengo que mover, si no, no puedo arrancar. Y necesito, también un personaje
fuerte, que no necesariamente es el protagonista. Por ejemplo, en "El libro de
los recuerdos", que es una historia de familia no hay protagonista, pero partí
de la idea de un padre tiránico que le arruina la vida a sus hijos. En
"La muerte como efecto secundario" aparece la misma idea, pero sin embargo la
historia es radicalmente distinta.
Ahora que estoy escribiendo mi quinta novela me doy cuenta de que las obsesiones
existen, que uno tiene un mundo chiquito y más o menos gira siempre alrededor
de lo mismo. En mi caso, aparece una y otra vez la relación poder-sumisión.
Moniquilla
Hola Ana María... Me gustaría saber si te parece que un escritor cambia algunos aspectos de su forma de escribir a través del tiempo. Si es así, ¿creés que tu escritura fue cambiando? ¿En qué cosas dirías que se modificó? ¿Se experimenta un crecimiento?
Eäriël
¿Hay diferencias en el proceso de escribir una novela o una serie de cuentos, y el de escribir un guión?
Ana María Shua
Ay, Moniquilla, sí y no. Como en otros aspectos de la vida, lo que se gana en experiencia, se pierde en espontaneidad. En los primeros libros uno escribe simplemente lo que se le ocurre. Después empezás a escribir en contra de lo que ya publicaste. Tratando de superar tu propia marca y de intentar, cada vez, algo diferente. Luchando por no repetirte. Aprendés, llegás a dominar el oficio, dependés menos de la siempre caprichosa "inspiración", por llamarla de algún modo. Y también perdés algunas libertades por el camino. Yo creo que crecí mucho en novela entre "Soy Paciente" y "La muerte como efecto secundario" y también creo que mi último libro de cuentos "Como una buena madre" es mejor que el primero, "Los días de pesca", donde había algunos cuentos que eran sobre todo ejercicios de estilo. Pero no creo que, en cuento brevísimo, haya superado "La sueñera": tampoco que los nuevos libros sean peores. Pero en La sueñera me lo permitía todo. Ahora, por ejemplo, me esfuerzo por lograr ciertas cosas a las que antes no prestaba atención, por ejemplo, evitar los juegos de palabras, o tratar de provocar alguna emoción.
Yo juego mucho en la frontera. En mi último libro de cuentos para adultos, por ejemplo ("Como una buena madre") tengo dos cuentos que saqué de mis libros para chicos. Son "Auténticos zombies antillanos", que en su "versión" infantil se llama "El show de los muertos vivos" y está en "Fábrica del Terror". Y el otro es "Vida de perros", que viene de "Miedo en el sur. Por supuesto que nadie se dio cuenta.
Un guión se parece más a una novela que a un cuento, en el sentido de que hay que inventar un mundo completo, un pequeño universo de ficción con personajes vivos, complejos, con historia. Pero también es algo completamente distinto. Para un escritor, acostumbrado a ser el Dios Creador de su propio universo, trabajar en un guión es una lección de humildad. Es como salir a boxear con las manos atadas a la espalda: sólo se puede esquivar y dar cabezazos. El resto de los recursos le pertenecen al director. Es como construir un esqueleto para que otra persona le ponga carne y piel y le dé vida. Desde otro punto de vista se sufre un poco, se paga más o menos y el guionista no tiene ningún reconocimiento, nadie se entera de su existencia.
No pienso tanto en mi propio estado de ánimo cuando escribo un cuento, sino en lo que quiero provocar en quien lee. Por supuesto que acudo a mi propia memoria emotiva, como hacen los actores, para insuflarles vida a mis personajes. Y desde ese punto de vista, sí, me "fotografío" los recuerdos. Después de todo una no tiene más que la introspección para saber o imaginarse que sienten los demás. Pero rara vez (o nunca) intento transmitir lo que siento en el momento en que lo escribo. Sin embargo, a veces se filtra involuntariamente.
starosta
La primera pregunta es: ¿cómo estás?, (y, por esta vez,
con un "bien, gracias", me doy por respondido)
Mi percepción es que, para el imaginario colectivo, un/a escritor/a de
literatura infantil no escribe cuentos sino cuentitos. Quiero decir que debe producir
en un espacio menospreciado o desvalorizado.
Mi segunda pregunta es si tenés una idea del porqué. Y hasta podría
aceptar un no por respuesta. Es más, mi respuesta es que la sensación
que tengo es que no es un mercado muy interesante.
Pero me preguntaba si no sería más interesante un mercado de "chicos
inteligentes", que uno de "chicos tontos", al menos como están planteadas
las cosas.
La tercera pregunta, entonces, es si te gusta pensar que tus escritos pueden generar
un lector inteligente, al menos de vez en cuando.
Moniquilla
Ana, ¡Qué hermosa respuesta! Se percibe sentida y honesta. No se nota que hayas perdido espontaneidad. ¿Sabés? Confieso que no leí "La Sueñera"; curiosamente, no sabía que era un libro de cuentos brevísimos. Soy una admiradora del género y siempre leí al ya desaparecido Augusto Monterroso -a quien nombrás entre tus recomendaciones- y yo agregaría a Eduardo Galeano. Ya me pido un "delivery" de "La Sueñera" y de "Como una buena Madre".
Yo te seguía en “Los Amores de Laurita”.
Algo más: ¿por qué ahora tratás de evitar los juegos de palabras? (a mí me parecen muy divertidos). ¿Tratás de evitarlos en todas tus obras o en textos para los más chicos?
Alguito más: ¿tenés pensada alguna presentación o charla próximamente en Ciudad de Buenos Aires o alrededores?
Ana María Shua
(A starosta)
Bien, gracias. (Vaya a saber lo que me espera la próxima vez...)
Así es. La literatura infantil está muy desprestigiada.
A mí misma no me gusta que me presenten como excelente autora infantil,
siento que me desvalorizan. Es imposible no dejarse influir por las convenciones
sociales.
El mercado es más que interesante. Corre mucha plata en la literatura infantil. Para los autores, es el único género verdaderamente profesional en la Argentina. Para serte sincerísima (después siempre me arrepiento), creo que el promedio general de la literatura infantil es bastante malo, mucho peor que el de la literatura para adultos. De ahí, en parte, el desprestigio.
Si vamos a hablar seriamente en términos de mercado, el mercado de la literatura infantil hoy, en la Argentina, no son los chicos sino los docentes. La mayor parte de los libros infantiles se venden de marzo a noviembre, porque los piden en la escuela.
No, mis escritos no pueden ni podrán generar lectores inteligentes. No tengo tan loca ambición. Los lectores inteligentes andan por ahí. Con que se produzca el encuentro me conformo.
(A Moniquilla)
No, no, hubo un malentendido. Sólo trato de evitarlos en los cuentos brevísimos, porque me parece que hay un cierto facilismo en tomar las expresiones en sentido literal. Es un juego del que se abusó mucho en el género. (Por ejemplo, "Me dirijo a usted con el objeto de, pero el objeto de es muy pesado y se me resbala, etc. etc.")
En unos días tengo que presentar un libro de poesías, pero me parece que no tengo programado nada más. Te cuento que no soy una gran charlista. Soy buena para contestar preguntas, pero hablar así en seco no me sale, sufro mucho y me resulta parecidísimo a dar examen.
starosta
Bueno, aquí estoy de nuevo
La primera pregunta es; ¿cómo estás? (y esta vez no pongo
condiciones)
La segunda: ¿si es único género verdaderamente profesional
en Argentina porqué sentirse desprestigiada? (convenciones sociales aparte,
claro)
Reformulo la tercera, entonces: El promedio es bastante malo...y la plata corre
para vaya uno a saber en qué bolsillo (yo me imagino uno, pero no lo digo):
será que los autores se acostumbraron a ese mercado cautivo? ¿será
que se pide responder a ese mercado?
Y ya que me confirmás lo que suponía (y me sigue pareciendo absurdo),
¿no será más interesante un mercado de "docentes inteligentes"
que uno de "docentes tontos", o pido demasiado?
Sofia
Hace poco, paseando por unas librerías, vi una serie de cuentos tuyos firmados junto con otra escritora, Paloma Fabrykant. Me compré un par porque son preciosos, muy bien ilustrados (a mi humilde juicio) y las historias son muy tiernas, por llamarlas de algún modo y todas suceden en el sur. ¿Es otro costado tuyo?
Ana María Shua
(A starosta)
Estoy fenómena (ups, ¡¡qué expresión tan generacional!) excepto por una maldita contractura de cuello que me viene acompañando hace ya 3 meses.
Aparte de las convenciones, por supuesto, no hay ninguna otra razón.
Sí, el mercado cautivo de la literatura infantil es la escuela y las editoriales nos piden que respondamos a ese mercado. Aunque hoy la escuela argentina es muy amplia, eso provoca, de todos modos, ciertos efectos de censura. Y sí, los autores nos acostumbramos a tal punto que ya la tenemos incoporada en forma automática, como autocensura. Si me preguntás qué se me ocurre que no me dejarían publicar, te diría que nada: ya nada.
Los docentes no son nada tontos. Tampoco son esa maestra viejita que uno recuerda de su infancia. Hay una gran mayoría de gente joven, entusiasta, de mente abierta. Pero...son docentes. Les cuesta un poquito aceptar que a veces un libro no enseña nada. No en forma directa, por lo menos. Y también sufren de un mal muy difundido: no asocian la lectura con el placer, sino con una especie de obligación moral con la que siempre se sienten en deuda. Y a veces eso es lo que le transmiten a los chicos. Que DEBEN leer, no que leer es divertidísimo.
(A Sofia)
No precisamente un costado: la serie "Animales de la Patagonia" es una parte bien central de mi trabajo como autora infantil. En este caso, cuentos para chicos muy chiquitos (incluso tienen letra de imprenta). Paloma Fabrykant, además de ser otra escritora, es una de mis hijas.
Andrés 1530
Creo que esto es pregunta tópico, pero quisiera saber si hubo un día epifánico en el que un hecho real te confirmó (o te dio una señal vista como segura) que sí iba a ser la escritura tu forma/medio de vida.
starosta
Con respecto al valor de las convenciones, ¿pensás que está "bien visto" que una escritora de literatura infantil se adjudique el primer premio en un Concurso de Cuentos Eróticos?
Sofia
Gracias por la respuesta, Ana María.
Probablemente sea un buen consejo para el forista que te preguntó qué le leerías a un chico. Yo podría contestarle, sin dudar, que uno de los de la serie de "Animales de la Patagonia". Son muy ágiles, entretenidos, cuentan una lindísima historia... A los chicos les van a encantar.
Aída
¿Una escritora de literatura infantil no tiene erotismo?
¿Escribir para chicos es más fácil que hacerlo para adultos?
¿Se escribe para los docentes y no para los chicos?
¡Parecen modelos mentales de mitad de siglo!
Y los chicos hoy sí son juiciosos y críticos, a veces mucho más
que los adultos.
Tontos e inteligentes hay en todos lados y ámbitos, ¡qué se
le puede hacer!
Lamentablemente también se mide la inteligencia desde parámetros
muy estructurados y hasta podríamos decir que convenientes o no al sistema
y el mercado.
Hola a todos, ingreso hoy al foro. Creo que si seguimos preguntándonos
tanto sobre las convenciones y lo que estaría bien o mal visto no lograremos
generar el cambio en el colectivo ideológico.
La maestra de grado ya no es esa viejita sentada detrás del escritorio
(aunque todavía existe), pero el estereotipo sigue existiendo y se fomenta
y sostiene desde varios sectores (medios masivos)
¡Urge una cirugía de la imagen!
starosta
No me queda claro hacia dónde conduce el colectivo ideológico,
Aída, pero como creo que lo que preguntás tiene que ver con algo
que yo dije, le pido perdón a Ana María Shua y sigo.
En realidad, le cedo las primeras tres preguntas, ya que no soy escritora.
Y no me preocuparía en escribir si no viera exactamente lo mismo que vos:
¡¡¡modelos de principio de siglo!!!!
(La diferencia es que me alarma pensar que esos modelos son los que configuran
la literatura infantil, y por eso pregunto)
Hablar de docentes "inteligentes" o "tontos" ( si es lo que al cabo te preocupa)
era una continuación de una respuesta anterior.
Hasta en los Foros hay tontos e inteligentes. Qué se le va a hacer...
Ana María Shua
(A Andrés 1530)
No creas, es una pregunta linda. En realidad hubo muchos: con uno solo no alcanza.
Te cuento uno.
Como entré adelantada un año en la escuela, a los 9 años
estaba en quinto grado. Un día me enteré de que mi composición
para el Sesquicentenario de la Revolución de Mayo había sido elegida
para representar a todo el Consejo Escolar Séptimo. Les había ganado
a las chicas de sexto y séptimo de todo el distrito, cosa que a los 9 años
me parecía una hazaña extraordinaria. Eso fue bastante epifánico.
Epifanías: sí supe desde muy chica que la escritura sería mi forma de vida. Pero que llegaría a ser mi medio de vida, jamás me lo hubiera podido imaginar. Fue sucediendo.
(A starosta)
Es que yo empecé por el otro lado, como Xuxa. Primero fui conocida como escritora erótica (sobre todo por "Los amores de Laurita", que en realidad no es una novela erótica, excepto en un par de capítulos). Varios años después empecé a publicar para chicos. Es fácil de explicar: para los heterosexuales, el erotismo puede traer consecuencias. Yo tuve tres.
Sofía
El cuento “Sola y su alma” dice más o menos así: Una mujer está sentada sola en su casa. Sabe que todos los otros seres han muerto. Golpean a la puerta.
El autor es Thomas B. Aldrich y está en la antología del cuento fantástico de Borges y Bioy (al menos en una viejita que anda dando vueltas por mi biblioteca...) ¿Lo conocías o he hecho el gran aporte al microcuento?
Ana María Shua
¡Ah, sí! No me acordaba el nombre que le habían dado en esa antología. Es muy bueno y muy famoso. Leí hace años una antología de ciencia ficción (no está traducida) en que se invitaba a cada uno de los autores a escribir la continuación de ese cuento. El resultado era interesantísimo.
(A Aída)
Hola Aída, ¡no confundas a la escritora con sus textos! La mayor parte de los textos de literatura infantil no tienen erotismo, si relacionás erotismo con sexualidad. Si, en cambio, lo tomás en su acepción más amplia, Eros como goce en términos generales, todo buen texto es erótico, infantil o no. Para mí, el equivalente de la función que cumple el erotismo en la literatura para adultos, en la literatura infantil lo cumple la escatología. Italo Calvino lo sabía muy bien: cuando hizo su selección para niños de los Cuentos Populares Italianos, lamentó mucho que la moderna psicopedagogía le prohibiera reproducir los elementos escatológicos que se consideran tan apropiados para los chicos en otras épocas. Y eso no cambió mucho: a los chicos chiquitos les fascinan los cuentos con pis y caca.
Escribir bien es siempre difícil. Lo único que hace más fácil, o al menos más rápido, escribir para chicos, es que los libros son más cortos (excepto Harry Potter, claro).
Uno escribe para los chicos pero no puede hacerse el burro e ignorar la cruda realidad: si los maestros no eligen el libro para usarlo en la escuela, el libro no se vende. Y si la editorial sospecha que el libro no se va a vender, simplemente no lo publica. Te doy un ejemplo: Alfaguara se jugó bastante publicándome el libro de versitos para chicos "Las cosas que odio", pero me vetó unos cuantos odios que consideró que podían hacer peligrar la venta del libro. No hay nada más libre que la escritura. Vos podés escribir lo que quieras para quien quieras...pero si la editorial piensa que no les va a caer bien a los maestros, te lo va a publicar Magoya.
Los chicos son juiciosos y no juiciosos, críticos y acríticos, inteligentes y tontos, gordos y flacos, pobres y ricos. Los chicos inteligentes son más inteligentes que los adultos tontos. Y viceversa. Los chicos, hoy, no son ni más ni menos vivos que los de cualquier época desde que apareció el homo sapiens, empezando por las cavernas.
Moniquilla
Falté estos días porque me fui a buscar "La sueñera" y me quedé por allí, hasta que lo terminé... Tu forma de escribir me resulta muy potente, algunos relatos son muy impresionantes. Ana, acabo de incorporarte a mi biblioteca. Por otra parte, el absurdo me gusta muchísimo, tengo siempre a mano los limericks de Edward Lear y por esto, encontré en “La sueñera” una combinación, a mi gusto muy íntegra, ideal, entre cuento breve y humor absurdo. Bienvenida a mi biblioteca, espero que te sientas cómoda. En ese mismo estante están los libros con colores más bonitos, que vienen a coincidir con los libros que más me gustan :)
¿Te invitan a dar clases en facultades argentinas? Me pareció oír en algún reportaje de cable -hace mucho tiempo- que te invitaban unas universidades extranjeras, ¿puede ser? ¿Sobre qué temas te invitan a hablar ?
Ana María Shua
Me alegro de que te guste “La sueñera”, y estoy encantada
de estar cerca de Edward Lear, no podría haber elegido mejor lugar. Espero
que ande por ahí “The hunting of the snark”, de Lewis Carroll.
Y te recomiendo un autor yanqui actual que te va a encantar, se llama Shel Silverstein,
es poeta y dibujante, es genial.
Sí, doy charlas en universidades argentinas. Este año estuve en
la U. de Tucumán y en la del Litoral. Suelo hacer un tour de universidades
yanquis todos los años. Doy charlas sobre literatura argentina, sobre mí
misma, sobre narrativa latinoamericana, sobre narradoras argentinas, y variantes
sobre el tema que más los fascina (vaya a saber por qué): qué
significa ser una escritora mujer, judía y latinoamericana. Todo bastante
yanqui. Aquí y en Europa puedo hablar más de literatura (he dado
charlas por allí, en Casa de América, en la U. de Salamanca, en
varias universidades. de Alemania y en Suecia) y menos de sociología. Es
decir, sí, la verdad es que doy charlas todo el rato, muy a mi pesar. Si
no es un diálogo abierto, lo que hago es llevarme todo por escrito y trato
de leerlo en forma amena, mirando a la gente y haciendo comentarios. Creéme:
a los escritores es mejor leerlos que escucharlos.
Amara
¿Pensás que se puede formar el gusto por la lectura? ¿Te parece suficiente que los chicos tengan acceso a libros en la casa?
A mí sobris les regalo libros (son dos varones de cuatro y ocho), pero a veces siento que es una lucha desigual entre libros, autos (u otras cosas con ruedas) y la compu (con jueguitos de autos y otras cosas con ruedas).
Aclaro para todos los amantes y/o usuarios de compus y/o autos y cosas sobre ruedas) que no tengo nada en contra de estos aparatos (algunos son muy lindos y útiles).
Ana María Shua
No todo el mundo está destinado a ser un gran lector de literatura. Yo soy sorda musical completa. Y no entiendo nada de autos. Y no me gusta mirar deportes. ¿Por qué voy a pretender que todo el mundo lea? Sin embargo, si uno quiere compartir con los chicos el placer que da la lectura, yo propongo, cuando son chiquitos, leerles en voz alta. Y no tan chiquitos, porque hay una edad en que los chicos saben leer pero todavía avanzan despacio y les gusta mucho que les lean. Eso sí: no hay que andarse con chiquitas, hay que meterse con los grandes. “El libro de la selva”, de Kipling., ¿a quién puede no interesarle? “La historia interminable” de Michael Ende...los cuentos de Quiroga, las novelas de Roald Dahl...O cualquier otra cosa que a VOS te apasione. En fin, con mis hijas funcionó. Y sin embargo la más chica, que se crió macerada en literatura igual que las otras, no es tan lectora como las dos mayores. Suerte con tus sobrinos. Y si no, pues no, la vida es tan interesante, ¡hay tantas otras cosas además de la literatura!!
Andrés 1530
Ese logro que obtuviste a los nueve años debe haber sido más que ganar el Alfaguara de !80.000 dólares.; todavía te debe durar el aventón...
Sigamos con la biografía epifánica (si te parece)
¿Cuál fue la vez siguiente a esa? ¿El reconocimiento de algún escritor-ídolo tuyo? ¿Ganar algún concurso?
starosta
¿Y qué sería una escritora, mujer, judía y latinoamericana,
además de ser una escritora mujer, judía y latinoamericana?
¿El orden de los términos presupone intencionalidad en la definición?
¿Es cierto que "una tercera novela se escribe en cierto modo en contra de las dos anteriores"?
Ana María Shua
(A Andrés 1530)
Mmm, no sé si tanto… El premio Alfaguara no esta nada mal...Pero sí, fue muy glorioso. Bueno, al año siguiente una maestra y la directora descubrieron mi talento natural para la rima y me convertí en la poetisa oficial de la escuela No.15 En el último grado (que entonces se llamaba sexto) la maestra les daba más bolilla a las chicas que tocaban la guitarra y yo dejé de escribir. ¡Un artista necesita del aplauso! En cambio gané el premio de la Asociación Sanmartiniana de Caballito a la mejor composición sobre el prócer. A los 15 gané un Premiecito muy modesto del Fondo de las Artes, un préstamo para publicar mi primer libro de poemas: María Elena Walsh estaba en el jurado. Y a los 17, con ese mismo libro editado, gané la Faja de Honor de la SADE. Cada pasito lo fui dando así, siempre por concurso. Y ganar un concurso es bastante epifánico. Hay gente que piensa que todos los concursos están truchados y se equivoca muchísimo.
(A starosta)
El orden de los términos es una de las cosas que me preguntan. Yo suelo contestar "en ese orden o en cualquier otro". ¿Qué sería? Bueno, ellos quieren que les cuente cómo es mi país, cómo es el supuesto desafío de ser mujer y escritora en un país latino (tienen muchos prejuicios con respecto a nuestro machismo, que en realidad no es más grave que el de USA, sino diferente). Muchos tienen la fantasía de que Argentina es un país nazi, donde se refugiaron TODOS los nazis que escaparon después de la guerra, y que los judíos somos perseguidos y discriminados. En fin, hay que empezar por el ABC y hablarles un poco de historia y geografía.
Que una tercera novela se escribe en cierto modo en contra de las dos anteriores es totalmente cierto para mí. Porque con cada novela querés hacer algo distinto de lo que ya hiciste, entonces tenés que luchar contra ciertas ideas, tendencias, estilos, temas que se te repiten casi inevitablemente. Mirá lo que le pasa a García Márquez... Es un escritor en fuga, siempre tratando de huir de sí mismo. Y no es tan fácil. Nos pasa a todos, a cada uno en su escaloncito.
Andrés 1530
María Elena Walsh ganó el mismo premio y a la misma edad que vos, ¿te pesó su influencia a esa edad (los 15) o sentías que ibas por otro lado?
starosta
Sin embargo, yo creo que siempre hay dos o tres temas centrales en la obra
de cada escritor, de los que es casi imposible desprenderse.
Si esos temas se llamaran "obsesiones", ¿podrías encontrar las tuyas
a la hora de escribir?
Y, con respecto a lo anterior, ¿qué lugar le cabría a la cuarta novela?
"Cabras, mujeres y mulas" - Antología de la misoginia en la literatura
popular -.
No conocía ese título, pero te confieso que me suena atractivo.
¿No te importaría contarnos un poco sobre él?
Ana María Shua
(A Andrés)
Me pesó mucho, pero no porque se hubiera ganado ese premio, cosa que yo no sabía, sino porque me gustaban mucho sus dos libros de versos "para grandes", “Hecho a mano” y “Otoño imperdonable”. Imaginate que a esa edad no había leído gran cosa, a la Walsh, a García Lorca y hasta ahí. Tuve una tía que estudiaba declamación y de chiquita fui su más fervoroso público. De ahí que conociera sin haberlos leído ni tener conciencia de sus nombres, a los más sonoros poetas de la lengua castellana.
(A starosta)
Yo no los quiero llamar obsesiones a esos temas centrales por no acordarme
de Sábato, pero que los hay los hay.
Tengo unos cuantos. Los temas médicos, por ejemplo, reaparecen una y otra
vez en casi todo lo que escribo. Y muchas otras cosas que no tengo ganas de contar...Siempre
tengo la esperanza de que los lectores no se den cuenta, ¿no? Para qué
me voy a deschavar.
En fin, no soy Hadley Chase ni Balzac (por hablar de autores prolíficos), pero seguro que ellos también tuvieron que escribir a favor o en contra de sus libros anteriores, y siempre sintiendo su peso.
En realidad, corresponde a otro tema del foro, porque es una antología de literatura popular, cuentos, coplas y refranes de los más diversos pueblos y cultura en contra de la mujer. Este año, en octubre, va a salir "El libro de las mujeres", que agrega a los cuentos misóginos otros cuentos populares en que la mujer aparece elogiada.
starosta
En realidad, era una pregunta tan poco específica que me pareció
calificaba para "varias".
Pero es lo que yo digo, ¿no te parece que cuando uno se pone a ordenar
siempre hay algo que no sabe dónde meterlo, o le quedan dudas de si va
allá o acá, o con qué debe juntarlo?
(Sigo en este tema)
Una pregunta tonta que espero sea bien entendida:
¿"El libro de las mujeres" es una necesidad, luego del anterior, una suerte
de equilibrio, una curiosidad, un proyecto que involucraba los dos libros?
Tengo la impresión que -en la literatura popular-las historias misóginas
son moneda más corriente que las otras, ¿me equivoco?
Ana María Shua
¡Ni qué hablar! Por supuesto. Lo bueno es saber que todas las clasificaciones son posibles y todas son arbitrarias. Yo siempre dejo un casillero para lo que no me entra en ningún lado. Por ejemplo, en mi libro “Botánica del caos” hay una sección que se llama "Caos", y en "Temporada de fantasmas" otra que se llama "El desorden sobrenatural de las cosas". Son formas variadas de llamarle a lo que en realidad es "De todo como en botica".
El libro anterior "Cabras, mujeres y mulas" fue mal entendido por muchas lectoras.
Unas me acusaban de misógina, como si yo compartiera las opiniones de los
cuentos (por supuesto, no habían leído el prólogo ni los
comentarios). Otras me decían "y sí, las mujeres somos una porquería,
¿no?". Porque muchas, muchísimas mujeres tienen tan baja autoestima
que asumen como propios todos los defectos que les endilgan. Me parece que "El
libro de las mujeres" va a servir para aclarar los tantos en cuanto mi postura
personal.
Hay tantos cuentos "a favor" como "en contra" de las mujeres en la literatura
popular. La diferencia que los cuentos donde las mujeres son lo peor tienen una
intención didáctica y ejemplarizadora, tratan de demostrar que todas
las mujeres son así. Mientras que los casos en que las mujeres son inteligentes,
buenas, desinteresadas, valientes, las muestran como excepciones en su género.
O al menos, jamás como representantes de La Mujer
Amara
Y hablando de mujeres ¿cuáles son tus escritoras preferidas? Y otra (¿puedo?).
¿No pensaste en editar algún libro con imágenes? Digo, ¿cuando escribís, se te aparecen imágenes, la cara de los protagonistas, escenarios, etc...?
Moniquilla
Ana, ¡muchas gracias por tus respuestas!¡Me alegro de que te sientas cómoda en mi biblioteca! Por supuesto que está por allí Lewis Carroll de variadas formas, hasta que conseguí el libro de Ediciones de La Flor, que es muy completo. También te cuento que cerca de Edward Lear están Italo Calvino con sus “Cosmicómicas”, Carmen Martín Gaite, con su “Cuento de nunca acabar” y la Dickinson con sus poesías, en una edición de Tusquets... entre algunos otros. ¡Hay con quién charlar! :)
Vi el sitio de Shel Silverstein. Me pareció muuuy bueno, gracias por la recomendación. Estoy viendo cómo conseguir un libro. Pienso "en escritura/voz alta" y digo: cómo cambia la lectura teniendo a un autor que nos propone no sólo el libro sino también actividades interactivas y su propia ilustración, desde su sitio web. También cambia la lectura, el tener esta posibilidad de contactar a los autores.
Te cuento que me interesan especialmente los libros que han llegado a mis manos con alguna historia en particular, no por sacarlos sólo de una biblioteca. Por ejemplo, leí “La sueñera” porque se posibilitó toda esta charla y ahora acabo de comenzar “La muerte como efecto secundario”, porque me lo crucé, así, casi por causalidad, en simultáneo con esta mensajeada general. Y a propósito de esto, volví a buscar “La sueñera” y te pregunto: ¿Te interesa el psicoanálisis? ¿Introducís algo del orden de lo psicoanalítico en tus obras? Te lo pregunto porque “La sueñera” parece un tributo a la Teoría de los Sueños de Freud. Estoy segura de que si "el Segismundo" viviera estaría más que encantado de que existiera ese texto. Al mismo tiempo, encuentro referencias (o expresiones) en lo poco que llevo leído de "La Muerte..." a cuestiones del psicoanálisis.
Otra cosita: Leyendo los textos breves, encuentro que hay mucha diferencia de estilos entre unos y otros. Por ejemplo: "El autor sueña a un hombre que sueña a otro hombre y es a su vez soñado..." es muy diferente en estilo al que dice algo así: "... Bala llegaría a dar toda la vuelta al mundo si no chocara siempre con cañón...". ¿Te gusta jugar con diferentes estilos? ¿Lo usás como recurso para provocar determinada sensación?
Un alguito más: Un escritor escribe junto con todo lo que ha leído anteriormente. Es decir que a través de su pluma fluye una nueva narrativa pero que bien puede tener determinadas influencias de otros. Somos nosotros, más la historia de los otros, ¿no? Por eso te pregunto: ¿Alguna vez te costó "despegarte" de algún autor que hubieras leído? ¿Reconocés que algunos autores influyen en tu manera de escribir? Si fuera así: ¿quiénes?
Ana María Shua
(A Amara)
No, nunca pienso en imágenes. Trabajé 15 años en publicidad y cuando me preguntaban qué ilustración se me ocurría para un aviso, ya todos sabían mi respuesta: "¡Todo tipográfico!" Otra cosa nunca se me ocurría. Eso es un problema porque a veces los escenarios me quedan medio vacíos y tengo que volver para atrás y meter algo de decorado, unos muebles, algún cuadro en la pared, en fin, la línea de horizonte para que los personajes no me queden en el aire.
(A Moniquilla)
¡Oh, esto ya casi da para un cafecito!
El psicoanálisis: bueno, soy argentina, ¿no? Creo que eso lo explica
todo.
Y hay que ver que Freud abrevaba en la literatura. La literatura se dio primero
y el psicoanálisis después lo convirtió en teoría.
Sí, claro que trato de usar diferentes estilos en los brevísimos,
para que el lector no se aburra. Y para no aburrirme yo. Los dos ejemplos que
das son dos textos con fuertes influencias, el primero es borgiano, el segundo,
cortazariano.
Influencias: "Soy paciente", mi primera novela, me resultó más kafkiana
de lo que hubiera querido. No tengo otro caso de tanto pegoteo, creo.
Libros y cine
Gracie
¿Cómo te llevás con las adaptaciones de tus libros para el cine? ¿Y con la escritura de guiones?
¿Qué películas salvarías de una masiva evaporación termonuclear de negocios de video?
starosta
Y ya que la evaporación termonuclear arrasó con todo...juguemos
a que te acordás de una y decís:
-Yo la hubiera hecho así...
Ana María Shua
Si la evaporación termonuclear hubiera arrasado con todo, yo me dedicaría a contar Caperucita Roja a los chicos y Don Quijote a los grandes y les haría creer a todos que los inventé yo.
starosta
Te creerían seguro. Y más que ávidos de escuchar una historia-rescatada--de-la-etc.
Pero ahora imagináte este cuadro: los niños y los adultos son un
solo público (tipo edad media, digo. Lo que a un escenario post-evaporación
le viene de maravillas), ¿les contamos Caperucita o Don Quijote? ¿O
una mezcla de los dos?
¿Se te ocurre cómo sería? ¿O ya estoy inventando un
cuento?
Ana María Shua
(A starosta)
Para un caso así, tengo uno de mis cuentos preferidos (para contar). Se llama "El idioma de los gatos", de Spencer Holst y funciona con un público que va desde los 7 a los 94 años.
starosta
Justo te iba a preguntar, pero en otro tema del Foro, si tenías gato(s).
Aclaro que era simplemente para verificar o no la teoría de que todos/as
los/as escritores/as aman a los gatos (o viceversa).
¿Te parece que habría que rendirse ante las peticiones de un gato
siamés?
Ana María Shua
¡Sí que tengo! Una gata blanca que a veces se llama Juanita. Los
escritores somos demasiado vagos para tener un perro. El gato anda por ahí
y no da ningún trabajo. Juanita (o Cacao, o la vaca Philips o muchos otros
nombres que le vamos dando) no es mía, sino de la familia.
En cuanto a la petición de un gato siamés, depende de lo que pida.
Lo importante es recordar que los gatos siameses son todos muy mentirosos.
Visel
¿Los gatos siameses son mentirosos? ¡Quiero saber por qué!
¿Podrías desarrollar esa teoría?
Ana María Shua
Vas a tener que leer mi cuento preferido para contar, "El idioma de los gatos"
de Spencer Holst. Pero, bueno, no lo vas a disfrutar como corresponde porque ya
te conté el final...se trata de un científico que dedica su vida
a estudiar el idioma de los gatos. Después de muchos años, un día
logra hablar con su gato siamés, que le anuncia con mucha verosimilitud
que los gatos son los que en verdad dominan el mundo y el ser humano será
destruido en una semana. El hombre, siguiendo sus consejos, huye a la montaña.
Cuando vuelve, todo sigue igual, excepto que su gato siamés, encerrado
en la casa, se murió de hambre. Un gato callejero le da clave de lo que
pasó: es simple, los gatos siameses son todos mentirosos.
Eso me recuerda que anoche soñé con un caballo que hablaba pero
decía tantas pavadas que nadie le prestaba atención. ¿Vieron
que en la ficción cuando los animales hablan siempre dicen cosas de lo
más sabias?
A nadie se le ocurre que pueden hablar estupideces.
Visel
¡Buenísima la historia! Voy a buscar el libro, por más que sepa el final. ¡Que gracioso soñar con un caballo que habla! ¿Mister Ed decía cosas inteligentes? no me acuerdo... ¿será que no?
Ana María Shua
El libro es muy lindo. "El idioma de los gatos" es sólo uno de los cuentos. Es de la editorial De la Flor.
Andrés 1530
¿Cómo te llevabas con las fábulas de chica?
Ana María Shua
Me gustaban, igual que todo el resto de la literatura. Yo tenía el maravilloso (¡y en esa época ya tan antiguo!) "Tesoro de la juventud". En esos 20 tomos estaba repartida la sección que más me gustaba "El libro de las narraciones interesantes" donde había muchos cuentos populares, de autor, y fábulas de Esopo y de Samaniego. Ahora lo releo y veo que la redacción era bastante horrible. Sin embargo la fuerza de muchas de esas historias superaba los problemas de escritura.
Andrés 1530
Si algo exige la literatura infantil es la fuerza de la historia, ¿cómo viviste esa época (cercana) donde muchos escritores canchereaban de escribir bien, complicado y "con estilo"?
Ana María Shua
Ojo, puedo perdonar una mala versión de un cuento popular, pero jamás podría perdonar a un escritor que no escriba bien. Lo que pasa es que la belleza y absoluta perfección de la prosa no es lo máximo, sino lo mínimo que se le puede pedir a un escritor. Si eso es todo lo que tiene, no alcanza. No hubo una época en que los escritores canchereaban de escribir complicado, sino que a todo lo largo y lo ancho de la historia de la literatura hubo escritores que optaron por la simplicidad y otros por la complejidad. Es la vieja disputa entre culteranos y conceptistas, que sigue vigente hoy como siempre y en la que no participo, porque las dos corrientes me interesan por igual en sus mejores representantes.
starosta
Ahora, si tenemos un "premio estímulo", y dos candidatos, ¿se
lo damos al que evidencia belleza y absoluta perfección de la prosa, aunque
cero ideas, o en su defecto al que presenta las más novedosas e inteligentes
propuestas aunque
no supere ni el mínimo de referencia?
El guión de cine, en principio, parece una partitura bastante fría,
¿no es cierto? Más de lo que la obra de teatro es a la puesta, en
general.
La adaptación de un texto a guión cinematográfico, creo que
implica el supuesto de que el director va, necesariamente, a reinterpretarlo.
¿Los escribiste de esa forma? ¿Pensaste con mente "cinematográfica"
en lenguaje de imágenes?
Sofia
Me meto en el medio de la charla. No sé si un premio "estímulo", pero se sigue premiando (a mi humilde juicio) las prosas perfeccionistas, aunque sean a bu rri dí si mas. (Y si no, díganme, quién de ustedes pudo terminar “El turno del escriba”, una novela maravillosamente bien escrita pero aburridísima...) Ojo, creo que ideas también le sobran a la novela, pero...
Ana María Shua
(A starosta)
Si tiene buenas ideas pero no las sabe escribir, que se dedique a otra cosa. Hay muchas actividades creativas en que las puede aplicar. La literatura está hecha de palabras, no de ideas. Dura lex, sed lex, es decir, Lex Luthor es duro, pero tiene sed.
Sí, el guión de cine es bastante heladito. Bueno, ves, ahí
tenés un lugar donde podés usar buenas ideas aunque no tengas buena
prosa. Eso sí, hay que ser un as en los diálogos. No hay peli, por
buenísimas ideas que tenga, que aguante diálogos impostados que
suenan a falso.
En general, yo no tengo ideas visuales, eso se lo dejo al director. Lo que hago
es, para decirlo de una manera simple, anotar las cosas que pasan y las cosas
que se dicen. Ahora, si eso se va a contar con tomas cortas o largas, con o sin
primeros planos, etc. etc., en fin, todo lo que hace al estilo, y al lenguaje
visual, eso está en manos del dire. En Argentina, salvo alguna rarísima
excepción, no hay guionistas que escriban guiones y se los lleven a los
dires o a los productores. Los guionistas responden a pedidos específicos
de un director, que ya tiene en la cabeza más o menos lo que quiere hacer,
pero necesita ayuda para darle forma.
(A Sofia)
Es que, Sofía, como te decía, con la prosa sola no alcanza, pero si la prosa no es buena, las mejores ideas del mundo también resultan aburridísimas. EN literatura no hay buenas ideas mal escritas. Como jurado en un concurso, siempre voy preferir la buena prosa aunque no esté del todo logrado el efecto narrativo: lo que está mal escrito, simplemente no existe, no compite. Si uno se pone más exigente todavía, no todo lo que está bien escrito es bueno.
Antologías de cuentos populares
Gracie
Una parte de tu trabajo de escritura se relaciona con las narraciones populares. ¿Hay algún tipo de tradición que te resulta especialmente interesante? ¿Qué problemas te planteás a la hora de retomar una leyenda o un personaje como "el tigre gente"?
Ana María Shua
Me interesa muchísimo el cuento popular, es decir, el cuento anónimo, de tradición oral. Muchos hablan del "cuento maravilloso", pero en realidad hay muchos cuentos populares que no tienen nada de maravilloso, por ejemplo, los cuentos de tontos, o los cuentos de pícaros. No tengo preferencias, todas las tradiciones me interesan, pero muy especialmente las que se apartan del cuento tradicional eurasiático, un gran grupo de cuentos que se repiten en diferentes versiones en Europa, Asia y que incluso han sido absorbidos por las tradiciones de los indígenas americanos del norte y del sur. Acabo de leer un cuento de los indios sioux que repite con fidelidad inequívoca una historia que yo conocía como de Pedro Urdemales
Todo depende si estoy tratando de inventar mi propio cuento (es lo que hice en “Miedo en el Sur”, también llamado “El Tigre-Gente y otros cuentos”) o si sólo pretendo presentar mi versión de la leyenda tradicional. Pero en los dos casos, empiezo por investigar la leyenda y trato de encontrar muchos relatos, en lo posible tomados de narradores orales. Si se trata de mi propio cuento, tengo que conocer a fondo las características del personaje para ponerlo a trabajar en mi historia. De lo que voy leyendo suele surgir de pronto la idea para el cuento. Una versión propia es más sencilla, suelo elegir una que me guste, le doy forma con mis propias palabras y le incorporo elementos que tomé de otras versiones.
Amara
¡Leí la leyenda de Sara y el demonio Asmodeo y ya estoy buscando el libro! Me llamó la atención la manera en que se trata el tema de la muerte, como un episodio más, aun siendo clave en la historia. Hace poco leí en una entrevista a Roald Dahl, en que él decía que en la literatura para chicos se puede hablar del tema sin entrar en detalles macabros, pero sin esquivarla. ¿Qué opinás?
Por lo que leí en tu presentación es un tema que aparece en otros libros tuyos. Graciela se acordará mejor, pero creo que hablamos de las historias de "tramposos" como Pedro Urdemales con Márgara Averbach, que también estudió las narraciones de los nativos americanos (del norte). Ella los llamaba triksters.
Ana María Shua
La verdad verdadera es que todo el mundo se muere, de modo que a larga es difícil esquivar la cuestión. Antes, en los cuentos populares que se les contaban a los chicos, la gente se moría de a montones, como se mueren hoy en cualquier programa de la tele, y a nadie se le movía un pelo. Ahora hay que andar con pies de plomo con la cuestión, como si los chicos no estuvieran acostumbrados a ver morirse personajes televisivos de las maneras más obscenas. Pero además, los “Cuentos con fantasmas y demonios” están pensados para chicos "grandes", como de11 o 12 años. Te cuento que matar personajes secundarios es una pavada y todo el mundo lo hace. Lo verdaderamente delicado es matar al protagonista. Roald Dahl era un genio y podía hacer lo que se le diera la gana, como ese libro terrible y maravilloso que se llama "Las Brujas", donde el protagonista es un chico que termina convertido en ratón y por lo tanto no le quedan más que unos pocos años de vida.
Ah, casi me olvido de los tricksters. Un tema que me interesa muchísimo. En español no se usa el concepto de trickster, que es tan claro para los anglosajones. Los trickster son, en efecto, tramposos, y desde ese punto de vida Pedro Urdemales lo es. Nosotros usamos el concepto de "pícaro", que no es lo mismo, porque no cubre la amplísima concepción de lo que es un trickster. Por ejemplo, para los yanquis Zeus es un trickster cuando se convierte en cisne para seducir a Leda. Pero nosotros no usaríamos ese episodio en un libro de cuentos de pícaros, ¿verdad?
Amara
Gracias por tu respuesta, Ana María. Por lo que estoy viendo contestás de una manera muy "nutritiva".
¿Trabajaste como profesora? Siempre pensé (y la experiencia me lo ha confirmado) que para un buen maestro no existen las preguntas tontas.
Otra pregunta (no sé si será tonta): ¿los cuentos de fantasmas y demonios de tu libro son todos de personajes bíblicos? Te cuento que en casa había una Biblia ilustrada que me gustaba mucho leer (y ver) de chica. ¡Hay historias buenísimas! Una que siempre me llamó la atención es la historia de Jacob, entre otras cosas porque de alguna manera también era bastante tramposo, pero aun así Dios lo elige. Claro que pelear con un ángel, no cualquiera...
Ana María Shua
No, nunca le enseñé nada a nadie. Me recibí de profe pero
no laburé. Para un escritor tampoco existen preguntas tontas, todas son
interesantes. Cuando me hacen preguntas muy repetidas (eso suele pasar en las
escuelas), trato de encontrar una respuesta distinta cada vez, es un ejercicio
muy interesante.
No todos los cuentos con fantasmas y demonios son de origen bíblico, sólo
“Sara y el demonio Asmodeo”. Los demás pertenecen al folklore
judío e incluso hay uno todo mío, que se llama "Un dibbuk en América".
Si te fijás bien, hay poca, casi ninguna mención de demonios en
la Biblia.
La idea general de la Biblia es la del hombre haciéndose responsable de
sus propios actos, no está contemplado que le tire el fardo a los demonios.
Aun en el caso de la serpiente, ya ves.
Amara
Y está muy bien, no sé porqué tanta gente piensa en el demonio y sus maleficios cuando en este mundo hay tanta gente haciendo daño (y no tienen ni cuernos ni cola).
Otra pregunta: ¿en tu casa se escuchaba este tipo de cuentos? Yo no heredé cuentos, pero sí muchos refranes (algunos los sigo usando) de mi abuelo andaluz.
¿Te gustan esos acertijos budistas, los koans? Por ejemplo: Un hombre entra a una carnicería y le pregunta la carnicero: ¿cuál es la mejor carne que tiene? A lo que el carnicero responde: toda la carne que tenemos aquí es la mejor carne.
Ana María Shua
¡Bueno, eso mismo dice el carnicero de mi barrio, que de budista no tiene
nada!
Pero sí, claro que me gustan. A veces, también, me hacen gracia,
por esa mezcla rara de violencia y sabiduría, tan incomprensible para Occidente.
Una historia zen muy famosa relata que un joven monje se burlaba de su maestro
imitando la forma en que levantaba el dedo índice cuando enseñaba.
El maestro lo vio, lo trabó en una toma y con su daga le cortó el
dedo. El jovencito huyó llorando y gritando. De pronto se dio vuelta, vio
que su maestro lo miraba levantando el dedo, y tuvo la iluminación. ¡Satori!
En casa no se contaban muchos cuentos, aunque mis padres hacían un
esfuerzo por calmar mi voracidad cuentística. Mamá me inventaba
cuentos con princesas y castillos y papá, vaya a saber por qué,
me contaba cuentos de los Casacas Rojas, la Policía Montada del Canadá.
¿De dónde los habrá sacado? Vi por ahí que había
un libro de esa época, con ese tema, de Zane Grey. Quizás de ahí,
pero como murió hace tantos años no le puedo preguntar.
Mi abuela paterna también me decía muchos refranes y rimas. Ella
era judía, nacida en la Argentina, pero sus padres eran del Peñón
de Gibraltar, o sea que eran ingleses de nacionalidad oficial, y se consideraban
a sí mismos marroquíes… pero en definitiva, eran casi tan
andaluces como tu abuela. Por eso en mi novela "El libro de los recuerdos" empiezo
con un epígrafe que era un dicho de mi abuela, bien andalú: "¿De
que te ríes tanto? ¿Has visto un culo destapao?"
Amara
¿El carnicero de tu barrio no estará tratando de transmitir una alta enseñanza al hablar de la tira de asado?
Digo porque en un libro de cuentos jasídicos encontré una historia de un fabricante de medias, que el tipo hacía nada más lo que sabía hacer (medias) lo mejor posible y además se daba tiempo para rezar. Como era tan bueno, además, la gente le iba a comprar y él siempre pedía lo mismo (ni más ni menos). Y el rabino (uno muy sabio) lo toma de ejemplo.
¿De qué se trata "El libro de los recuerdos"? Además de tener un título muy lindo, como el de todos tus libros (es como la cara de un libro, ¿no?).
Mi abuelo era un poquitín más moralista; de los que me acuerdo ahora hay dos que uso bastante:"lo mejor es enemigo de lo bueno" y (éste hay que explicarlo un poco por el lenguaje):"péiname de balde y házmelo altico".
Ana María Shua
Interesante. El jasidismo tiene mucha relación con las religiones de
la India. En un cuento budista un rey va a conocer a una vieja de la que se dice
que tiene grandes poderes. La anciana es capaz de dar vuelta la corriente del
Ganges haciéndolo correr de la desembocadura a sus fuentes. “¿Qué
hiciste en tu vida para tener tanto poder?” pregunta el rey. “Fui
prostituta”, contesta ella, “Atendí a todos los hombres por
igual y a todos les cobré lo mismo. No hice diferencia entre el soldado
y el brahmán, no hice diferencia entre el rico, el estudioso o el mendigo.”
Cosa e´mandinga!!
Si les das clases a adolescentes, seguro que la actitud del maestro zen te debe
resultar tentadora. Pero me imagino que podría ser mal interpretada en
occidente...
Amara
Ana María, ¿cómo adivinaste?; les doy clases a adolescentes. Y es cierto que a veces me gustaría tener la autoridad de un monje zen (parece que no hay monjas zen), pero me conformo con que puedan escuchar (y escucharse) por un rato. Claro que esto se compensa cuando aparece ese entusiasmo candoroso que algunos adultos parece que pierden.
Muy esclarecedor todo lo que comentás sobre tus libros de relatos populares acerca de las mujeres. Siempre me dio esa impresión de que, para que una mujer aparezca en un libro tiene que ser excepcional. Y las protagonistas de tus libros ¿cómo son? A propósito, ¿en qué editorial salió los amores de Laurita?
Moniquilla
Ana, No conozco los tricksters anglosajones... pero como el tema me interesa, te pregunto: ¿pueden tener alguna relación con el personaje Puck de la mitología celta, o Robin Goodfellow de “Sueño de una noche de verano? Tal vez Puck sea un trickster Tanto Puck como Robin son personajes pícaros y burlones pero, claro que pertenecen al orden del reino de las hadas y es diferente. ¿Tal vez los tricksters norteamericanos deriven del Puck celta?
Amara
¡Buenísimo el cuento de la vieja y el rey! Me imagino que la buena señora además de brindar sus favores- a todos por igual- debe haber aprendido mucho conversando con estudiosos, brahmanes, soldados y campesinos.
Ana María Shua
Ah, si conversaba no sé...
Talleres
Paula Irupé
Me gustaría participar de algún taller literario y no sé con qué criterio elegirlo. ¿Admirar la obra de quien lo coordina es condición necesaria?
Ana María Shua
Todo depende de lo que busques en un taller. No todo el mundo quiere ser escritor. Algunos buscan otras cosas en un taller literario, como encontrarse con gente que tenga intereses parecidos, poder compartir lecturas, mejorar la redacción, lo que me parece una excelente opción. Desde este punto de vista, hay mucha gente que no se dedica a escribir en forma profesional y que sin embargo son buenos talleristas. Sin embargo, si lo que querés es escribir en serio, lo mejor es hacer un taller con un escritor más o menos reconocido (aunque vos no lo admires tanto).
Walter
Ana María, la respuesta que das sobre los criterios de elección de un taller me da el pie justo para mi pregunta. Me encuentro en la categoría de los que quieren aprender a escribir en serio y me gustan mucho los cuentos brevísimos. Por eso no sólo buscaba a un escritor reconocido sino también a alguien con cuya obra siento mucha afinidad ,es decir ...me alegra mucho que estés acá porque desde hace un tiempo quería contactarte para poder preguntar: ¿realizás talleres?
Ana María Shua
No, lo siento mucho, pero no doy taller. De todos modos, si querés llegar a publicar cuentos brevísimos, te aconsejo que trabajes también con otros géneros, porque los brevísimos son casi un premio que te da una editorial cuando te va muy bien con otro tipo de libro. Así fui publicando los míos.
Recomendación
Fernández
¿Qué cuentos para chicos usted recomendaría para leer en voz alta?
Ana María Shua
Un cuento que le guste mucho a la persona que lee. Es la mejor manera de transmitir el placer, la diversión, la alegría que se pueden encontrar en un libro. Por ejemplo, yo disfruté muchísimo leyéndoles en voz alta a mis hijas los "Cuentos de la selva" de Quiroga. ¡Y ellas también!
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