52 | LINKS | 30 de mayo de 2001

Entrevista con Liliana Bodoc, autora de Los días del Venado

por María Malusardi
Nueva On Line
. La revista del interior
Año VIII, N° 488, domingo 19 de noviembre de 2000.

Bajo el título "Tras los pasos de Harry Potter", Nueva. La revista del interior —una publicación que se distribuye en las ediciones dominicales de importantes diarios de Argentina—, reproduce la entrevista que le realizó la periodista María Malusardi a la escritora mendocina Liliana Bodoc a propósito de la aparición de su novela Los días del Venado.

Reproducimos algunos de sus párrafos. La nota completa puede leerse en la página web de la revista Nueva, en esta dirección.

Foto de Liliana Bodoc
Liliana Bodoc. Foto de la revista Nueva

Liliana Bodoc, "autora desconocida y alejada de los territorios del canon y la farándula literaria, se armó de valentía, calzó el manuscrito listo bajo el brazo y se lanzó al abismo de las editoriales en Buenos Aires. Lo único a su favor era la calidad literaria de su novela, Los días del Venado. Y aunque esto, paradójicamente, no siempre suele ser un requisito de relevancia en los tiempos que corren, el milagro se produjo: la novela acaba de salir a la venta."

"Me largué a buscar las editoriales que me sonaban conocidas —relata—. Estaba a punto de irme a Brasil de vacaciones, y ciertos trámites retrasaron la partida; el caso es que me quedé en la ciudad unos días más. Me había sobrado una copia de la novela, porque ya había repartido el resto. Y entonces busqué en la guía y encontré Norma, a la que no tenía registrada como una editorial que le pudiera dar mucho corte a esta novela. Cuando volví de Brasil y revisé el correo electrónico, encontré un mail de Antonio Santa Ana (editor de literatura infantil y juvenil de Norma). No lo podía creer. El corazón me latía fuerte: Santana me estaba buscando. Nos encontramos y me dijo: —Voy a editar este libro—. Nos vimos pocas veces, pero él trabaja con pasión y entrega. Sé que está tomando un riesgo y me siento muy agradecida.

"Una épica latinoamericana

"Los días del Venado podría ser considerada como una novela 'épica mágica': —Traté de escribir una novela sobre otros mundos, que era lo que tenía ganas de leer en ese momento. No quería una historia actual; necesitaba dispararme hacia otros tiempos y lugares —confiesa la escritora. Durante dos años de trabajo constante, sin interrupciones ni páginas en blanco, personajes como los husihuilkes y los curiosos lulus, entre otros tantos, rondaron los pagos de la chacra en el barrio de Vistalba, donde Bodoc vive algo alejada de la ciudad de Mendoza y atiende su huerta, sus ciruelos, manzanos y cerezos. Allí mismo, a la manera tenaz e irreversible de las criaturas de Luigi Pirandello, los personajes de Los días del Venado aún rondan con insistencia.

"—Todo el que tiene la ventura de nacer personaje vivo —escribió Pirandello en Seis personajes en busca de autor—, hasta puede reírse de la muerte (...). Morirá el hombre, el escritor, instrumento de la creación; ¡la criatura no muere nunca más!— Bodoc contrapuntea: —Yo no los dejo en paz a ellos, y todavía los persigo. Sé que estarán siempre en mi corazón con un perfil más bajo, pero por ahora viven muy cerca de mí; los he querido entrañablemente, como a hermanos. De Dulkancellin —confiesa pudorosa— estoy casi enamorada.’"

"(...) Para construir semejante historia, Bodoc pasó mucho tiempo leyendo textos específicos, los diarios de Colón, cartas de Hernán Cortés, libros de historia, antropología, literaturas varias americanas y mitos. Una vez empapada de datos concretos, pudo inventar su propia leyenda, armonizando entre lo que rogaba la intuición y lo adquirido por la razón: la escritura debía sustentarse en un mundo imaginario.

"—Trabajé durante un largo tiempo para construir un lugar creíble. No me largué a escribir hasta que no configuré una geografía, un continente, una civilización con sus comidas, rituales y lenguas. Entonces hubo un trabajo que me gustó, que disfruté enormemente, cuando construí ese sostén a partir del cual empezaría la historia. (...)

"La literatura salva

"Bodoc nunca experimentó la escritura como una obligación. Más bien, la escritura se le encapricha, la envuelve y le reclama tiempo, obsesivamente, desde hace más de ocho años.

"—Nunca tuve que decir 'pucha, tengo que escribir'. No, por el contrario. A veces, por ahí uno escucha hablar del dolor de escribir. Yo sé que hay momentos de desasosiego, de rabia, de impotencia, pero a mí me parece que hablar del dolor de sentarse a escribir una historia, en el mundo en el que vivimos, tiene bastante poco de honrado, no tengo cara para decir que es doloroso sentarse a escribir, porque si todos los dolores humanos fueran así, ¡qué bueno!

"Sugiere Bodoc que la literatura posee —como un yuyo mágico— poderes curativos, una instancia de conjuro.

"—Mis hijos se ríen cuando me mejoro del hígado con una oda de Pablo Neruda; hay una estrofa que repito y me cura. La literatura siempre me ha aliviado. Desde muy chica tenía afecciones a la salud y por mandato médico no podía correr, salir ni jugar. Entonces leía. Después crecí y mejoré, pero la lectura se me quedó pegada a la vida.

"Ingresó entonces a la carrera de Letras en la Universidad Nacional de Cuyo, y todavía le quedan pendientes tres materias.

"La falta de docentes obliga a que los alumnos avanzados ejerzan la docencia. Fue mi caso, y enseñé durante ocho años en un colegio de la Universidad.

"Durante ese tiempo, Bodoc confiesa que ha sido insistente, y quizás en esto sí incondicional y maniquea:

"La literatura salva y he enfatizado sobre esto, he intentado transmitirlo a los alumnos. Salva, ayuda a tomar decisiones y calma el dolor. Ojalá alguno de mis alumnos se acuerde de esto alguna vez’. (...)

"La alianza del Venado

"El Venado es una alianza del bien para enfrentar al mal. Una gran alianza de un mundo que tiene que defenderse y sobrevivir y que está integrado por los hombres, las fuerzas naturales, los lulus, los animales y Los Supremos Astrónomos, entre otros. Elegí conscientemente una épica que no tiene la gran gesta colectiva que presupone, los hechos colectivos heroicos —dignos de ser contados diría el diccionario—, porque también quise historias más chiquitas, más íntimas e individuales.

"Hay héroes, porque toda épica los tiene, pero también hay personajes que se resisten a ser héroes, como Cucub, por ejemplo, que al cabo termina siéndolo, pero a su pesar y con miedo. Todo este imaginario está sustentado en una geografía real, un tiempo histórico, una mitología, una cosmovisión que es indudablemente la del hombre americano, la de las culturas precolombinas, pero en esto no quisiera avanzar más porque si no siento que empiezo a direccionar lecturas.

"La magia es eje vertebral de la novela. Y también la oposición entre dos magias: aquella ligada a las criaturas, es decir, la magia que interpela al mundo y que no se pone por encima para someter; y aquella otra que viene de las Tierras Antiguas, que es la magia que se puso a caballo de las criaturas para someterlas con su supuesta superioridad.Hay un propósito de devolverle a la magia, de alguna manera, su lugar. Hablo de magia como de un modo de conocer. Y me atrevo a afirmar que no ha habido civilización humana que se haya desarrollado sin magia. Porque, como el arte, es otra mirada sobre el mundo y en nada se opone a la ciencia.Esta novela es, creo, una gran metáfora. Yo lo diría así: hay una gran guerra que todavía no se terminó de librar y en la que se enfrentan dos mundos: uno que pelea por la vida y otro que pelea para la muerte."


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