13 | AUTORES / FICCIONES | 1 de diciembre de 1999

Foto de Luis María PescettiLuis María Pescetti

El humor de Luis María Pescetti

Presentamos tres textos humorísticos de Luis María Pescetti. El primero ("El piedrazo") pertenece al libro El Pulpo está crudo y agradecemos la gentileza de Ediciones Alfaguara por permitirnos su publicación. Los dos siguientes ("Un cuento de amor y amistad" y "Lotro día") son inéditos y fueron cedidos especialmente por su autor para esta edición de Imaginaria.

"El humor es una herramienta excelente para desacralizar. Es, por sobre todas las cosas, un disparo contra cualquier principio ordenador o de autoridad; sea una regla de tránsito, el presidente de un país (y algunos presidentes dan mucho material), una regla gramatical, o una de buena conducta. Por lo general, en cualquier cosa sobre la que haya consenso, puede venir el humor y "disparar" sobre ella." (Declaraciones de Luis María Pescetti a la revista Contratapa N° 10, Buenos Aires, Alfaguara, 2do. semestre de 1998).


Portada de "El pulpo está crudo"El piedrazo

Resulta que yo había comprado una rifa de la cooperadora de la escuela que queda a media cuadra, y había sacado el primer premio que eran cuatro autos, dos casas, tres motos y un cuchillito.

Bueno, con uno de los autos había pasado a buscar a la que ahora es mi novia, para llevarla a pasear. A ella se le había ocurrido traer el termo y el mate, así que nos fuimos a tomar unos mates a la playa. Ella me gustaba mucho, pero mucho en serio, y quería impresionarla con algo. No se me ocurría con qué. Entonces vi que había unas piedritas, le devolví el mate y le dije: "Mirá, vas a ver qué lejos llego". "¡Ay, dale me encanta!", dijo ella mientras cambiaba la yerba. Yo no quería que el piedrazo se quedara por ahí cerca nomás, así que tomé carrera y la tiré con todo. Nos quedamos mirando para ver el chapuzón de la piedra en el agua, pero nada. Por más que miramos, no la vimos caer. Tiré de nuevo. Pero, otra vez, no vimos dónde caía. Bueno, nos pareció raro; pero no le hicimos caso. Seguimos charlando de nuestras cosas, ahí medio fue que me declaré. Terminamos de tomar mate y nos fuimos.

Al otro año, de nuevo se me ocurre invitarla a pasear a esa playa para festejar que hacía un año que estábamos de novios. Llevamos mate, todo igual que la otra vez. En eso estábamos de lo más tranquilos, cuando ¡páfate! a ella le pegan un piedrazo en la cabeza. Me levanté hecho una fiera, para ver quién había sido el bruto. Pero no había nadie. La playa es amplia y se ve lejos. ¿Entonces quién había sido? Y ahí me di cuenta, ¡era la piedra que yo mismo había tirado el año pasado! Había dado la vuelta al mundo y le pegó en la nuca a mi novia. Le expliqué y ella gritó: "¡Entonces agacháte que debe estar por llegar la otra!". Tal cual, menos mal que nos agachamos porque al ratito nomás, ahí delante de donde estábamos, pegó el otro piedrazo.

Después seguimos tomando mate lo más tranquilos porque había tirado dos nomás, que si no nos teníamos que ir.


Un cuento de amor y amistad

Pablo, el que hacía caca en un establo, le dijo a Inés, la de la caca al revés, que si quería jugar con él y con Rubén, que hacía caca en un tren. Inés estaba con Sofía, la que hacía caca todo el día, y le contestó que no. Pablo, el de la caca para el diablo, se enojó. Justo pasaba por ahí la maestra Teresa, que hacía caca con frambuesa, y le dijo:

—Pablo, el que hace caca cuando le hablo, no le digas así a Inés, la de la caca de pez. Mejor andáte a jugar con Luis, el de la caca y el pis, o con Gustavo, el de la caca por centavo.

Pablo le contestó:

—Señorita Teresa, que hace caca con destreza, lo que pasa es que ellas, que hacen la caca tan bella, nunca quieren jugar con nosotros, que hacemos caca con otros.

La maestra Teresa, que hacía caca en una mesa, lo miró con mucho cariño a Pablo, el que hacía caca en un vocablo, y le dijo:

—¡Ay tesoro, el de la caca de loro! ¿no será que estás enamorado de ellas, que hacen caca con estrellas?

Justo llegaba Tomás, el de la caca das, y cuando oyó eso le dijo a la señorita, que hacía caca tan finita:

—Es verdad maestra, la que la caca le cuesta, él está muy enamorado de Sofía, la que hace caca en las vías.

Pablo se puso colorado de enojo y les contestó:

—¡No es cierto! Y vos, Tomás tomalosa, que hacés la caca en Formosa, vos gustás de Inés, que hace una caca por vez.

—¡Mentiroso! mirá, Pablo pableta, que hace la caca en bicicleta, mejor te callás.

Entonces la señorita Teresa, que tenía caca en la cabeza, los miró y les dijo:

—Pablo Pablito, caca de pajarito, y Tomás Tomasito, caca de perrito, ustedes son amigos y no tienen que pelearse ni por la caca enojarse. Por ahora vayan a jugar entre ustedes, que ya va a llegar el día en que esas niñas, con la caca en trensiñas, los buscarán para jugar.

Pablo y Tomás, salieron corriendo abrazados, haciendo caca de parados, y se olvidaron de preguntar si trensiñas quiere decir algo o nada más lo inventó la señorita haciendo caca con palabritas.

© Luis Pescetti


Lotro día

Lotro día hestaba pensando que siuno escriviera noimportacómo ycaduno Komo sele antojara, o antogase, másmerefiero en un poregemplo no pelar lortografía, yque, enúnporegemplo, ponerse un asento donde no ba, o faltarle hotro dondesí ba... sería 1 berbadero desastres. ¡Poreso combiene lortografía, ninios! ¡porke si caduno escribiece como se le antogase leeríésemos más despasio hi más lentamente que 1 vurro! Higual i nos dán un
pedaszcito para léer y noz demoráríamoz 1 montón... o 2 montón.

¡NINIOS AGANMÉN CASO! ¡RESPETEN LORTOGRAFÍA PORKE SINO NADIEN NOZ VA A KERER LEER LO QUE ESZCRIVAMOZ! ¡¡¡NIN SIQUIERAS NOZOTROS MISMOS!!!

Higual i 1 dia nosencontramoz un papelitos cualkiera i nos daria flogera lerlo y rezulta ke desia: ¡ganaste la loteria! o "te kiero, cuchi cuchi" o "te kiero, cuchi cuchi, porke ganazte la loteria" ¡i NI NOSENTERAMOZ POR KULPA NUEZTRA!

Eso hera loquestava pensado lotro dia.

Firma:
LuYz Pezscszetty

© Luis Pescetti


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