2 | LIBROS | 30 de junio de 1999

• Los Ecoamigos se van de safari. Cómo funciona un ecosistema
• Una cadena muy importante. La cadena alimentaria
• La vida de las plantas. Los productores de alimento

Graciela Beatriz Cabal. Ilustraciones de María Eugenia Nobati y Nancy Fiorini.
Buenos Aires, Alfaguara, 1999.
Colección El Club de los Ecoamigos.

Tapa de "Los Ecoamigos se van de safari"

Los libros de esta nueva colección de Alfaguara presentan una particularidad interesante: por un lado son libros de información, de temática ecológica y ambientalista y, a la vez, esa información se va presentando al lector como una amena historia protagonizada por un maestro y sus alumnos. La acción no transcurre, como podría esperarse, dentro de la correspondiente clase de Ciencias Naturales, sino en el entorno de un Club organizado por los mismos chicos.

"La verdad que elegir el nombre no fue nada fácil.

Se propusieron muchísimos:

Los Enanitos Verdes (parece de cuento; lo inventaron los de Segundo).

Niños Protectores de la Naturaleza (demasiado serio; se le ocurrió a la Vicedirectora).

Asociación de Niños Ecologistas (con palabras difíciles no; lo propuso una chica de Séptimo).

Pero votamos... ¡Y salió el que me gustaba a mí!

Al principio, los socios eran muy poquitos.

¡Y ahora somos un montón! Casi todos de Cuarto para arriba.

Aunque también hay de Tercero, de Segundo y hasta algunos de Primero."

(De Los Ecoamigos se van de Safari)

"Para festejar el día de la primavera, a los del Club se nos ocurrió una idea lindísima: llenar la escuela de arbolitos y de plantas.

(...) "—A la que voy a invitar es a mi abuela, para que venga a ayudar —dije yo en la reunión del Club—, porque ella tiene "los dedos verdes".

—¿Los dedos verdes? ¿Y eso qué es?

—Eso quiere decir que lo que mi abuela planta le crece, es como una magia que tiene. Claro que ella se pasa las horas con las plantas. Y les habla... ¡Si hasta les pone música suavecita!

—Y bueno, Fer, que venga tu abuela. Por ahí..."

(...) "La cuestión es que, por fin, llegó el día de la primavera. Todo estaba listo.

La escuela, de punta en blanco, llena de madres, padres, tías, abuelos.

Los maestros yendo de allá para aquí y de aquí para allá con palas y baldes y regaderas.

Nosotros, bastante nerviosos, sosteniendo los gajos, las semillas, las latas con los arbolitos.

Hasta que, de repente, alguien empezó a llorar a los gritos.

Era uno de Primero y lloraba con la boca así de abierta.

Después nos enteramos de lo que había pasado: resulta que el de Primero se había tragado sin querer la semilla que había traído para plantar, y el vivo de Pablo le había hecho creer que en la panza le iba a crecer un árbol ¡y que las hojas le asomarían por las orejas!

Lo que nosotros pudimos ver fue que el maestro se lo llevó aparte a Pablo. Y después vimos que Pablo habló con el nene y le regaló un montón de semillas y de gajos y hasta de caramelos, para que se calmara."

Ilustración de "La vida de las plantas"

(De La vida de las plantas)

La gráfica de los libros es deslumbrante y se resuelve con un contrapunto de dos estilos bien diferenciados: ilustraciones muy realistas para los contenidos de información y simpáticos dibujos para las situaciones en las que aparecen los chicos y el maestro.

Al final de cada libro, se incluyen juegos y actividades ecológicas para realizar entre todos y, aunque se trata de libros de información, Graciela Cabal no se olvida de la literatura: los lectores también podrán enriquecer su espíritu recurriendo a las obras de ficción que se citan en cada uno de los libros.

Roberto Sotelo


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