El muñeco de nieve

De Raymond Briggs. Reseña por Cecilia Bajour. «Entre las historias que celebran el silencio hay algunas que lo hacen callando el texto escrito. Cuando hay un proyecto estético que sostiene la decisión de ceder la voz narrativa exclusivamente a las imágenes, la ausencia de palabras no es allí una falta sino una necesidad artística y, en ocasiones, un reclamo ‘climático’ de la narración.»
El muñeco de nieve
Raymond Briggs (guión e ilustraciones)
Barcelona, Editorial La Galera, 2007. (1)

Por Cecilia Bajour

Entre las historias que celebran el silencio hay algunas que lo hacen callando el texto escrito. Cuando hay un proyecto estético que sostiene la decisión de ceder la voz narrativa exclusivamente a las imágenes, la ausencia de palabras no es allí una falta sino una necesidad artística y, en ocasiones, un reclamo “climático” de la narración. Además, en los relatos que avanzan sólo a fuerza de imagen las palabras siempre están en estado de susurro detrás de los ojos. Por eso, la idea de “historias sin palabras” es una verdad a medias.

El muñeco de nieve del autor inglés Raymond Briggs es una de esas historias silenciosas que se ha transformado en un “clásico” contemporáneo. Publicado en 1978, fue adaptado y llevado al cine en 1982 en un cortometraje realizado por Dianne Jackson. (2)

En el libro, la narración avanza como en un cómic o mejor, como en un storyboard que invita a una suerte de lectura cinematográfica por medio de viñetas. Estos cuadros, según los requerimientos dramáticos de las situaciones representadas, varían su tamaño llegando a expandirse a la doble página en momentos de clímax narrativo o a una gran condensación, como en el caso de la última imagen, mínima y solitaria en medio de la página en blanco.

Se trata de la historia de un niño que una mañana invernal arma un muñeco de nieve en el jardín de su casa. Por la noche, cuando todos duermen, el pequeño despierta y al bajar al jardín ve que el muñeco ha cobrado vida. Lo invita a entrar a la casa y, evitando despertar a los padres, vive con él una serie de lúdicas peripecias de suave humor que tienen que ver con la condición material del muñeco. Ser de nieve tiene sus complicaciones, sobre todo a la hora de sentarse en un sillón junto al fuego o abrir la canilla de agua caliente en la cocina. Tras una secuencia de variadas diversiones propias del doble extrañamiento (níveo y humano) salen de la casa y el muñeco lleva al niño a volar por la ciudad.

Aquí las viñetas ocupan la doble página y las ilustraciones a lápiz de color de Briggs despliegan una belleza invernal que califican aun más el silencio elegido para esta historia. Tras el fantástico paseo, ante las primeras luces que indican el final de la noche regresan y se despiden. Al despertar al día siguiente el niño encuentra que el muñeco se ha derretido.

Además de los agregados navideños y la expansión de los momentos humorísticos del libro, llama la atención la manera diferente en que el film resuelve la transición entre la realidad representada y el mundo del sueño. Mientras que en el libro el momento en que el muñeco cobra vida no está precedido por ninguna explicación mágica, ya que sólo se cambia de mundos leve y “naturalmente” de una viñeta a otra, en la película este tránsito es señalado por un extraño brillo en el muñeco. Lo mismo ocurre con la imagen final. El libro cierra con la contundencia de las leyes de la naturaleza (la nieve se derrite con el sol) y no se interroga sobre los límites entre vigilia y ensoñación. En cambio la escena final de la película agrega a la constatación de la ley natural la evidencia de un objeto traído del vuelo fantástico. Signo posible de que los sueños tienen tanta carnadura como la realidad.


Reseña extraída, con autorización de la autora y los editores, de Bloc. Revista Internacional de Arte y Literatura Infantil Nº 5 (Madrid, Primavera de 2010).


Notas de Imaginaria

(1) Este libro fue publicado originalmente en español por Ediciones Altea (Madrid, 1988).

(2) Dianne Jackson (1941-1992) fue una directora de animación inglesa. Su obra más conocida es, justamente, The Snowman (El muñeco de nieve) —basado en el libro de Raymond Briggs—, realizado en 1982 y eternamente repetido cada Navidad en el canal 4 de Gran Bretaña. En su trayectoria como animadora también se destaca su participación como artista de fondos en The Beatles’ Yellow Submarine (1968), largometraje basado en la música del célebre grupo inglés. Su capacidad para recrear el estilo de los artistas originales es una característica de sus trabajos de animación más conocidos: el citado The Snowman; Granpa, sobre un libro de John Burningham (1989); y Father Christmas (Papá Noel), también sobre un libro de Raymond Briggs (1991). Pero de este último solamente completó el storyboard, pues debido a una enfermedad Dianne Jackson se retiró y el corto fue dirigido por Dave Unwin. Su muerte en 1992 truncó el proyecto de realizar una primera serie de adaptaciones animadas de los cuentos de Beatrix Potter: El Mundo de Peter Rabbit y sus amigos (The World of Peter Rabbit and Friends). Fuente: Wikipedia. The Free Encyclopedia.


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Un comentario sobre “El muñeco de nieve”

  1. Marcela dice:

    Gracias Ceci por la reseña. ¡Qué lindo es el corto de animación! Aquí va el link: