Yendo a no sé dónde a buscar no sé qué

De Ángela Lago, con ilustraciones de la autora. Reseña por Marcela Carranza. «Ya se sabe, en los relatos populares el héroe sale en busca de un objeto, debe pasar un número de pruebas, en su camino tiene ayudantes y oponentes y finalmente logra su objetivo. Quien impone las pruebas a los cortejantes suele ser la princesa casadera.»

Ángela Lago
Ilustraciones de la autora.
Traducción de Silvia Castrillón.
Bogotá, Babel Libros, 2006. Colección Bicho Raro.

por Marcela Carranza

Si Juan Felizario Contento es la recreación de un cuento de los hermanos Grimm, en Yendo a no sé dónde a buscar no sé qué Ángela Lago vuelve a retomar muchos de los elementos del cuento tradicional. El nombre del protagonista, «Nosé», nos remite a otro personaje de la literatura: Odiseo. En la cueva del cíclope Polifemo, Odiseo dice llamarse «Nadie». Este nombre le permite escapar ileso cuando el gigante herido en su único ojo llama a los demás cíclopes de la isla en su ayuda y grita que «Nadie» le ha herido. Sus vecinos entienden que se ha vuelto loco, llegan a la conclusión de que le ha maldecido un dios, y por tanto no intervienen.

Mientras Odiseo se destaca entre los héroes griegos por su astucia, «Nosé» lo hace por su candidez.

El personaje del tonto es una figura recurrente en los cuentos populares. Muchos de estos relatos nos cuentan de tres hermanos, dos apuestos e inteligentes y uno, el más pequeño, tonto. La característica del tonto es que nadie, ni siquiera sus padres, dan nada por él. Sin embargo en esos mismos cuentos es el pequeño el que demuestra tener los mejores sentimientos, no ser tan tonto como los demás creen y finalmente logra obtener, a diferencia de sus hermanos, el objeto deseado. En esta historia «Nosé» no tiene hermanos, pero sí tiene un deseo: casarse con la princesa. Ya se sabe, en los relatos populares el héroe sale en busca de un objeto, debe pasar un número de pruebas, en su camino tiene ayudantes y oponentes y finalmente logra su objetivo. Quien impone las pruebas a los cortejantes suele ser la princesa casadera. Algo de esto hay en el cuento de «Nosé», pero con algunas modificaciones que imprimen humor al relato. Así, la princesa, lista y bromista, figura opuesta al protagonista, es quien impone la prueba a «Nosé». Como en muchos cuentos populares esta prueba es un imposible, pero en este caso el imposible no está dado por la magnitud de la prueba o la naturaleza sobrenatural de los oponentes, sino por el juego de palabras: «Me caso con Nosé. Si va a no sé dónde a buscar no sé qué».

De tanto ser enviado al infierno, «Nosé» efectivamente termina allí y es empleado como ayudante por el diablo. Los objetos en las ilustraciones se reducen al mínimo, tan sólo los imprescindibles para dar cuenta de un espacio o de una acción; este es el caso del infierno, un infierno muy particular parecido en mucho a una oficina ya que tiene un escritorio y una computadora para que «Nosé» actualice los archivos y las carpetas de pecados y pecadores, mientras el diablo se toma un descanso guitarra en mano.

Las ilustraciones del libro destacan por el uso de colores estridentes y cálidos: rojos, naranjas y amarillos. Los límites de las figuras apenas están sugeridos sobre fondos planos y brillantes; el color es el protagonista expresivo de la imagen recordándonos a las obras fauvistas. Los personajes apenas tienen rostro, aunque sí grandes bocas rojas abiertas con dientes blancos cuando se burlan o envían a «Nosé» al infierno. En particular la imagen del protagonista en la tapa nos recuerda a otro libro de Ángela Lago: De noche en la calle. Como el pequeño que ofrece pelotas en la calle «Nosé» está sólo y es objeto de la burla de los otros. Paradójicamente el diablo resulta ser su único ayudante. Un final feliz digno de un cuento de hadas para «Nosé» quien termina burlando a sus burladores (también al diablo, a quien deja un lío en sus archivos) y cumple con la misión encomendada.


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4 comentarios sobre “Yendo a no sé dónde a buscar no sé qué”

  1. verónica dice:

    ya había encontrado a Angela en «Juan Felizario…» qué bueno poder ver qué cosas sugerentes sigue haciendo


  2. oleka fernandez dice:

    Hola

    He tratado, sin exito, comprar por internet este libro de Angela Lago. Soy actriz titiritera dominicana residente en Paris. Necesito con urgencia este texto «Yendo a no se donde…»

    Podrian aconsejarme de que manera puedo obtenerlo?

    Gracias

    Oleka


  3. solobino dice:

    no me gusto


  4. Damaris Marínez Durán dice:

    Dónde lo puedo conseguir?

    Gracias