118 | RESEÑAS DE LIBROS | 24 de diciembre de 2003

Coraline

PortadaNeil Gaiman
Ilustraciones de Dave McKean.
Traducción de Raquel Vázquez Ramil.
Barcelona, Ediciones Salamandra, 2003.

La cita de G. K. Chesterton que abre el libro nos da una idea muy clara y concisa del contenido del relato que tenemos en nuestras manos:

"Los cuentos de hadas superan la realidad no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos."

Con estas palabras en mente, y teniendo en cuenta que el título es un nombre femenino, podríamos pensar que se trata de un típico cuento de hadas, con princesa quizá e indiscutible final feliz y, aunque esta primera impresión no es del todo exacta, son muchos los elementos tradicionales que encontramos en esta historia. En cuanto a la temática y el contenido, Coraline plantea una vez más el enfrentamiento del bien contra el mal: Coraline, un personaje bueno, inocente y joven, debe enfrentarse a una bruja, personaje malvado por excelencia, para poder liberar a sus padres. En cuanto a la estructura, el relato comienza de la forma más tradicional posible, la presentación de los personajes y el contexto físico donde la acción tiene lugar, para continuar con el nudo o desarrollo de la acción principal y finalizar con el desenlace que ya suponíamos feliz.

En la presentación conocemos a Coraline, la protagonista, su familia y el edificio donde acaban de mudarse, una casa antigua dividida en diferentes pisos que habitan otros vecinos: las peculiares señoritas Spink y Forcible, antiguas actrices de teatro que rememoran su vida artística sin parar, y el excéntrico señor Bobo, un anciano que vive en el ático preparando un circo de ratones, animales con los que ensaya continuamente. En estas primeras páginas, el lector acompaña a una Coraline-exploradora en sus paseos por los alrededores para así tener un retrato completo del entorno físico donde va a transcurrir la aventura. En estas inofensivas escapadas de Coraline, el lector advierte ciertos elementos misteriosos que ya le preparan para la acción que viene a continuación: las hojas de té de las señoritas Flink y Forcible le advierten de un "terrible peligro" que la acecha; también el señor Bobo le comunica un mensaje de sus ratones, "no cruces la puerta" le dicen, refiriéndose a la puerta número 14 de su casa, que aparentemente no conduce a ninguna parte pero que en realidad es la entrada a un mundo paralelo muy peligroso. Cuando Coraline cruza al otro lado descubre una casa idéntica a la suya con unos otros padres muy parecidos a los suyos, con botones negros en vez de ojos como única diferencia; estos nuevos padres se muestran muy atentos con la protagonista, le ofrecen comida y juguetes que no tiene en su casa original. En este otro lado, todo es más atractivo: los animales hablan, las vecinas son jóvenes y actúan en el escenario de su casa-teatro en un espectáculo ininterrumpido, los ratones del señor Bobo cantan... Afortunadamente, Coraline percibe las ocultas intenciones de su otra madre y con el rotundo mensaje "no quiero tener todo lo que deseo", rechaza todo lo que allí le ofrecen e intenta volver a su mundo. Como era de esperar, la malvada bruja que se hacía pasar por su madre no se lo permite y por eso captura y retiene a sus padres.

El verdadero nudo del relato se presenta cuando Coraline desafía a la bruja en un reto sin igual: liberar las almas de otros niños allí apresados en otro tiempo y encontrar a sus padres; sólo así podrá regresar al mundo real. La bruja acepta el reto, pero le va a dificultar la tarea, los personajes que creara a semejanza de los reales se desintegran en masas amorfas que amenazan a Coraline, la casa y su entorno también se van desdibujando a medida que Coraline avanza en sus propósitos.

Tras páginas de suspense, aventura y misterio, Coraline consigue liberarlos a todos y volver al mundo real. Cuando todo parece volver a la normalidad, la bruja aparece para jugarle la última partida. Tal como se anunciaba en un principio, Coraline, haciendo uso de su astucia y pericia, consigue derrotarla justo el día anterior al comienzo del curso académico y como remate final a esta intensa aventura de verano.

Aunque esta historia nos recuerde los cuentos de hadas de nuestra infancia, debemos apreciar y reconocer los elementos del siglo XXI con los que su autor combina estos más tradicionales. En los cuentos clásicos la acción suele tener lugar en un entorno fantástico, en lugares lejanos, creados por la imaginación del autor y muy alejados del entorno cotidiano del lector; en este caso, la acción de Coraline transcurre en un mundo paralelo, tan parecido al nuestro que asusta, y lo que es peor, ambos mundos están comunicados por una simple puerta. En cuanto a los personajes, mencionar que las bellas princesas de los cuentos suelen ser personajes de ficción, irreales también; sin embargo, Coraline es una chica de este tiempo, con problemas de los chicos de hoy: la comida, el uniforme del colegio, a veces se siente sola e ignorada por unos padres que no paran de trabajar, esta chica bien puede ser nuestra vecina o amiga, es un personaje próximo al mundo del lector juvenil. Contrastando estos elementos clásicos y modernos, observamos que, sin duda, el mayor reto, y a la vez el mayor triunfo, de Gaiman en esta historia radica en la forma de entrelazar los hechos, las acciones y los personajes según estén en uno y otro lado de la misteriosa puerta, también en la existencia de dos mundos contrarios pero paralelos, el real y el imaginario, conectados entre sí de la forma más simple, la única opción es permanecer en este mundo o cruzar la puerta y aceptar el desafío del otro.

Recomendado a partir de los 9 años.

Blasina Cantizano Márquez


Blasina Cantizano Márquez (blasina@ual.es) es Licenciada en Filología Inglesa (Universidad de Granada, 1994), Doctora en Filología Inglesa, especialidad en Literatura Inglesa (Universidad de Granada, 1999) y Profesora Asociada al Departamento de Filología Inglesa y Alemana (Universidad de Almería, desde 2000). Actualmente está dedicada a las siguientes líneas de investigación: "Literatura británica de tema español", "Literatura comparada (especialmente con otras artes como el cine, el teatro o la música)" y "Literatura Infantil en lengua inglesa". Ha publicado diversos artículos sobre literatura infantil: "Realidad y ficción en los relatos de Roald Dahl" (Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil Nº 150, julio 2002), "Los nombres propios en Harry Potter" (Cuadernos de Literatura Infantil y Juvenil Nº 155, diciembre 2002), "Las brujas de Roald Dahl: un tema clásico adaptado al siglo XXI" (Imaginaria, en esta dirección: www.imaginaria.com.ar/10/5/brujas.htm).


Artículos relacionados:

Links