117 | LECTURAS / FORO | 10 de diciembre de 2003

Conversación abierta con Carla Baredes e Ileana Lotersztain
Invitadas especiales del foro de Imaginaria y EducaRed


¿Biología versus física?

Eduardo Abel Gimenez:

Los últimos cuatro libros que publicaron, sobre un total de siete, están dedicados a la biología. ¿Qué pasó con la física? ¿Es una decisión consciente? ¿Responden a una cuestión de mercado?


Carla Baredes e Ileana Lotersztain:

Cuando empezamos a escribir ¿Por qué se rayó la cebra?, si bien no lo hicimos pensando en cuestiones de mercado, estábamos seguras que "los animales" venderían más que "la física". El tiempo nos demostró que no es así: la física vende tanto o más que la biología. Y también nos dimos cuenta de que hay menos oferta de libros de física para chicos no porque no haya demanda sino porque el tratamiento es mucho más difícil, lleva más tiempo de elaboración, y es indispensable que el divulgador tenga formación científica.

Lejos de abandonar una colección que nos dio y nos da tantas satisfacciones, estamos empezando a pensar Preguntas que ponen los pelos de punta 4. Y, además, estamos comenzando una nueva colección destinada a chicos más grandes (10 años en adelante) que tocará fundamentalmente temas de física y química (y algo de biología).


E.A.G.:

Sin duda que libros "sobre animales" hay muchos, mientras que de física hay pocos. Me puedo imaginar hileras llenas de editores convencidos de que un cachorrito simpático en la tapa vende mucho más que la refracción de la luz. ¿No será por eso (por la estrechez de las editoriales y la sobreabundancia de títulos) que cada nuevo libro sobre animales vende menos?


I.L.:

Sí, en parte es como vos decís. Hay tanto escrito sobre animales que hasta satura un poco, y, además, a veces resulta difícil diferenciar el buen material del resto. Los libros de física, en cambio, se destacan automáticamente por la originalidad de los temas que tratan.

De todas maneras, se puede tratar el mundo animal al estilo iamiqué, y sería una verdadera lástima no hacerlo.


E.A.G.:

Cómo es el "estilo iamiqué"? Me gustaría que lo describieran.


C.B.:

Tal vez para ayudar a describir el estilo iamiqué, me gustaría agregar algo a la respuesta que dio Ileana sobre por qué hay más libros de animales que de física.

Como física no tuve ninguna formación en biología. Cuando nos pusimos a soñar-planificar-escribir ¿Por qué se rayó la cebra?, comencé a leer y aprender un montón de cosas sobre los animales, obviamente bajo las "directivas" de Ileana, que es la bióloga del equipo. Y ahí me dí cuenta de cuán importante es la formación del divulgador. Ileana le daba una visión global, completa, armónica, simplemente porque tenía una mirada desde "el todo". El resultado: un libro que está "atravesado" por la teoría de la evolución, dividido coherentemente en capítulos, matizado por datos históricos interesantes (que vienen completamente a cuento), con una reflexión final que "debe" estar allí a manera de conclusión.

Es más: es en este punto dónde nuestro "departamento de marketing" no encuentra la vuelta: ¿cómo explicar que estos libros no son otros de los tantos "libros de animales"?

Lo del "estilo iamiqué" en sí se lo dejo a Ileana (que acuñó la frase).


I.L.:

¿Cómo es el "estilo iamiqué" (suena muy gracioso)?

Iamiqué trata a la ciencia con muchísimo respeto, y nada de solemnidad. Hacemos "libros científicamente divertidos", testeados desde la fuente (si no nos resultan divertidos e interesantes a nosotras, van a parar a la basura). El estilo es desprejuiciado, informal, desacartonado, cercano al de los chicos (y a veces, al de las autoras). Si en la mitad de una explicación se nos ocurre un chiste "a tono", lo ponemos. Si leemos una anécdota histórica que viene a cuento, la contamos. Si el tema nos recuerda una canción, la incluimos. Y a la vez, somos muy rigurosas y muy exigentes.

En lugar de preguntar "¿Cómo se mueve la Tierra alrededor del Sol?", preguntamos "¿Por qué hace calor en verano?". Que no es lo mismo, pero es igual.


Carlos Marianidis:

Personalmente, me da la sensación de estar hablando con una criatura de dos cabezas.

¿Están ustedes vinculadas al portal "Experimentar"?


C.B. e I.L.:

Conocemos a la gente de Experimentar y el trabajo que hacen, pero no estamos vinculadas al portal.


C.M.:

Me pareció ver allí (www.experimentar.gov.ar) algunos rasgos en común en cuanto a la manera de estimular a los chicos a interesarse por la investigación.

Si pudieran establecer una especie de "ranking" de los temas que más intrigan o apasionan a sus lectores, ¿cuáles serían los cinco primeros?


C.B. e I.L.:

La vendedora de una librería, refiriéndose a cómo vendía nuestros libros, una vez nos dijo: "Cuando la compradora del libro es una nena, le muestro la experiencia para hacer tintas con verduras de Preguntas que ponen los pelos de punta 3. No sé cuál es la relación entre las nenas y las tintas, pero sé que se lo lleva. Si, en cambio, es un varón, prefiero mostrarle Preguntas 1, porque les gusta el dibujo del jabón abrazado a la gota de Boca y la de River." Gracioso, ¿no? Sinceramente, nos encantaría tener claro cuáles son los temas que encabezan el ranking, pero no tenemos la menor idea. Cada vez que estamos por sacar una conclusión, aparece un contraejemplo que nos tira por tierra la teoría y nos desorienta completamente.

Sin embargo, sí pudimos desterrar algunas "creencias": las chicas disfrutan de la ciencia tanto como los varones; que haya más libros sobre un tema no necesariamente tiene que ver con que hay mayor interés en ese tema.


C.M.:

En el caso de los chicos, la ilustración como vehículo del texto científico es muy importante. ¿Pueden contar algo acerca del modo de trabajo, por ejemplo, con Istvan?


I.L.:

En iamiqué, las ilustraciones se cuidan tanto como los contenidos. Si bien no hacemos "libros álbum", nos parece fundamental que las ilustraciones agreguen, completen, diviertan y tengan un valor en sí mismas.

Con todos los ilustradores con los que trabajamos la premisa es la misma: las características de los animales y sus ambientes tienen que respetarse a rajatabla. De ahí en más, tienen total libertad para crear. Y esta fórmula nos funciona de maravillas (el resultado está a la vista). Y somos las admiradoras número uno de nuestros maravillosos ilustradores.


Starosta:

Carla, la física:

Releyendo un libro de Aldo Rossi (arq.), me encuentro con esta bonita cita:

"La referencia más importante (para explicar mi arquitectura) es la Autobiografía Científica de Max Planck. En ese libro, Planck se remonta a los descubrimientos de la física moderna para encontrarse de nuevo con la impresión que le produjo el enunciado del principio de la conservación de la energía, que siempre quedó unido en él a una narración de su maestro de escuela, un tal Mueller, sobre un albañil que con gran esfuerzo, alzó un gran bloque de piedra hasta el tejado de una casa.

"El albañil quedó maravillado al pensar que el trabajo gastado no se perdía, que permanecía almacenado durante muchísimos años, sin merma alguna, latente en el bloque de piedra."

Que la disfrutes.


C.B.:

Chas gracias... No la conocía y está muy buena. Me acordé de algo:

Hace unos años, me tocó escribir sobre el trabajo y la energía en un libro de texto para la secundaria. El tema me encanta. La cuestión es que dediqué toda una doble página a comparar dos maneras de subir un gran bloque hasta cierta altura. La idea era mostrar qué significaba desde el punto de vista de la física "ahorrar trabajo" y "gastar/ahorrar/guardar energía", contraponiéndolo con la manera en que uno usa estas expresiones en lo cotidiano. Mi discusión "física" concluía con la siguiente frase: "vemos que en el segundo caso ganaremos en comodidad, pero el trabajo será el mismo".

Pues bien, a la editora le pareció que había usado mucho la palabra "trabajo" y me cambió la frase por: "en el segundo caso, ganaremos en comodidad, pero las tareas serán las mismas". 

¿No es una belleza? ¿En manos de quién están los libros de texto? No insistan, no doy nombres...


S.:

Y menos mal que no te cambió energía por "fluido eléctrico".

(Y si acá, entre nos, se desliza algún nombrecillo..., nadie se entera.)


C.M.:

Carla: lo que contaste, ¿es la excepción o la regla?

No te enojes, pero donde decía "conservación del momento lineal" imprimimos "cuidado del instante recto", que queda más poético...


C.B.:

Si los cambios los hicieran por cuestiones de poesía, podría perdonarlos...

No soy una especialista en libros de texto, pero encontré errores en casi todos los libros de texto que pasaron por mis manos. Yo creo que estos errores se deslizan porque el editor no conoce bien el tema y se siente con la libertad de meter mano en todo, sin preguntar. Y además, porque prima la imagen sobre el texto (esto es muy evidente en las ediciones de los últimos años). Esto significa que "vale" sacar 3 renglones (aunque fuera donde se aclaraba que esa ley sólo servía en ausencia de fuerzas) para ampliar la foto, o cortar un texto porque "no entra". Y entonces nos encontramos con libros muy atractivos, a 4 colores, con fotos, infografías (con errores), recuadros, pero con muy pocos cuidados en los contenidos.

En general, la última lectura la hace el editor. Y creo que ninguna editorial (en Argentina) paga una "lectura crítica", que es lo que se debería hacer obligatoriamente antes de publicar un libro de texto. En este sentido, yo creo que el Ministerio de Educación debería tener un departamento fiscalizador de idóneos que revise los contenidos antes de salir a la calle. ¡Uyyyy! ¿Se imaginan qué escándalo?


C.M.:

Para el control de alimentos existe "Bromatología" y así y todo... ¿Creés que puede funcionar algo así para los libros? Mejor dicho, ¿sabés de otro país donde funcione y se pueda tomar el modelo?


C.B.:

La verdad es que no sé si en otros países existe algún organismo de control, pero supongo que debe haberlo. Yo creo que es una buena idea. Ahora, si puede funcionar o no, aquí en la Argentina, no lo sé. En general, tiendo a pensar que un buen proyecto tiene que contar, necesariamente, con gente con ganas de llevarlo a cabo, pero...

De cualquier manera, a mí me resulta inadmisible que la gente (me refiero a educadores y especialistas) digan con total soltura que los libros de tal editorial están llenos de errores y la editorial tal siga vendiendo libros. No sé si es que no se puede hacer nada, o es que la editorial tal es muy poderosa y es mejor no meterse con ella.


C.M.:

¿Hay una especie de monopolio? ¿Es difícil entrar con un libro de información a un mercado con editoriales poderosas?


I.L.:

Claro que hay un monopolio, pero corre sólo para los libros de texto. Las editoriales con más presupuesto hacen libros que, sobre todo, son muy atractivos (cuando se consulta a las maestras, el comentario obligado es que son "lindos"). Y esas editoriales, además de cuidar más la estética que los contenidos, saben bien cómo tratar a su clientes: los docentes que eligen esos libros para sus alumnos reciben un combo de regalos, actividades, etc., etc.

Por suerte, fuera de los manuales ese monopolio no existe. Y, además, son pocas las editoriales que hacen libros de información, probablemente porque no lo consideran un buen negocio, ya que no es un material de venta masiva.


C.M.:

Eso convierte a una editorial de libros de información en una suerte de kamikaze literario. ¿Cómo se mantiene en el aire?


I.L.:

Bue... Tampoco vamos a exagerar la nota. Todo depende de las expectativas de rentabilidad que tenga cada uno. No somos kamikazes, ni tenemos un gran negocio. Y esto último es una gran ventaja: si lo fuera, ya nos habrían sepultado los grandes.

Por otro lado, nuestras familias (es decir, nuestros maridos) nos "bancan" que, por ahora, todo se reinvierta para seguir creciendo. Y nuestro deseo de que esta editorial camine es tan, pero tan grande, que es muy difícil que nos demos por vencidas. De más está decir que todo el apoyo que recibimos es una ayuda increíble.  

Vale la pena decirlo: estamos muy felices con ediciones iamiqué. Amamos lo que hacemos, la gente lo valora, nos divertimos, nos sentimos halagadas... Y sin prisa, pero sin pausa, estamos creando un fondito editorial. De kamikazes, nada...



Artículos relacionados: