115 | LIBROS | 12 de noviembre de 2003

Portada del libroEl tesoro subterráneo

Mario Méndez
Ilustraciones de Ana Luisa Stok.
Buenos Aires, Ediciones SM, 2002. Colección El Barco de Vapor, Serie Naranja.

Construido como relato autobiográfico, El tesoro subterráneo narra episodios de la infancia de Leandro Alvarado, el protagonista de esta novela, quien da comienzo a su historia con tono confesional: "Cuando llegué a Buenos Aires, a los once años, yo era un chico bastante inocente...". La mirada ingenua del niño de Formosa, seducido por ambientes y personajes de la "gran ciudad", es atravesada por el punto de vista del hombre que recuerda los hechos y los cuenta con un lenguaje sencillo y despojado de recursos.

Mario Méndez estructura su novela como una narración enmarcada, cuyo soporte es la historia de una familia que se traslada a la Capital, en busca de trabajo e inserción social. En su racconto, el narrador muestra la lucha de sus padres por sobrevivir en una ciudad ajena, en quienes se ven representados muchos otros inmigrantes del interior, reclamando su lugar en una sociedad que los excluye.

Frente al modesto "hotelito" del barrio de Chacarita, en el que vive con sus padres, se revela ante Leandro el mundo paralelo de la marginalidad y la enajenación, un espacio prohibido y a la vez fascinante para el imaginario infantil. Transgrediendo el mandato paterno, cruza el umbral de ese lugar vedado, de la mano de Gabriel, un chico de la calle, y de Fernando, un viejo ciruja que lo conducirá por túneles de leyenda.

Como un juego de cajas chinas, una historia conduce a la siguiente, y es así que el linyera —empleando los recursos de un narrador oral— les cuenta a los chicos su vida de infortunios y enlaza su relato con los avatares de su bisabuela Leonora Camargo, en la búsqueda de un tesoro que se oculta en los túneles de la mansión familiar.

El autor intercala historias legendarias en medio de la secuencia central, en alternancia con escenas del submundo de la calle (las ranchadas, la droga, la basura, la razzia y los institutos de minoridad), estrategia que pone en evidencia problemáticas sociales poco exploradas en la literatura infantil y juvenil.

Surgen como intertexto los cuentos de piratas, como La isla del tesoro, a través de los nombres de Fint y del traidor John Silver, y de los cuentos de hadas, en yuxtaposición con los malvados del policial negro.

La textualidad morosa de la primera parte, donde predomina el racconto, algunas acotaciones de tono didáctico y el diálogo indirecto, es totalmente superada en el tramo final, cuando los personajes se inician en la aventura. De este modo, Leandro se corporiza en el héroe justiciero, auxiliado por sus amigos. La imagen del villano tradicional se funde con la del matón de las series policiales, mediante una superposición de géneros, y es aquí cuando la novela cobra ritmo y su discurso adquiere el vigor del lenguaje cinematográfico.

Las ilustraciones de Ana Luisa Stock —en blanco y negro— complementan la historia y acompañan de forma adecuada los puntos clave del relato.

El tesoro subterráneo es un texto en el que el plano de la realidad se une al de la fantasía, e invita al lector a salir en busca de un cofre, cuya única riqueza es la de los afectos.

Recomendado a partir de los 9 años.

Claudia Sánchez


Foto de Claudia SánchezClaudia Sánchez (claudiahsanchez@fibertel.com.ar) es Profesora en Letras, egresada de la Universidad Nacional de Buenos Aires. Se especilizó en Literatura Infantil y Juvenil y se capacitó en Coordinación de Talleres de Lectura y Escritura para adolescentes y adultos. Coordinó talleres de escritura para niños a través de editoriales y dictó seminarios de capacitación docente en el nivel terciario. Desde 1992 hasta 1995 colaboró en la sección "Libritos" del Suplemento Cultural del diario El Cronista, en crítica de libros para niños y jóvenes.

Además de escribir ficción para niños y adolescentes, se dedica a la investigación de Literatura infantil y juvenil y a la crítica literaria. Participó en mesas redondas y realizó ponencias en congresos sobre la especialidad. Actualmente se desempeña como profesora de Lengua y Literatura, y Literatura Hispanoamericana y Argentina en el nivel secundario, y coordina talleres de escritura para adultos. Es miembro de la Comisión Directiva de ALIJA (Asociación de Literatura Infantil y Juvenil de Argentina).


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