57 | RESEÑAS DE LIBROS | 8 de agosto de 2001

Espacios peligrosos

Margaret Mahy
Ilustraciones de Juan Ramón Alonso.
Traducción de Sonia Tapia.
Barcelona, Editorial Edebé, 1991.
Colección Periscopio.

Portada de "Espacios peligrosos"

En Espacios peligrosos nos aproximamos al relato fantástico. Dos mundos, el de la familia Wakefield y el de Viridian, se conectan a través de dos niños fantasmas: Grifo y Leo, y dos niñas reales: Anthea y Flora.

Anthea ha perdido a sus padres en un misterioso accidente en el mar. Los Wakefield la reciben con afecto en su casa, pero Anthea no se siente parte de ese espacio familiar. El dolor hace de lo cotidiano un lugar extraño y ajeno, es este sentimiento el que permite a Anthea ingresar a otra dimensión: Viridian. Un mundo que existe y no existe a un mismo tiempo, producto del sueño y la fantasía, copia deslucida del paisaje real.

El límite entre lo cotidiano y familiar representado por la vieja casa de los Wakefield, y aquel otro espacio imaginario se transgrede y en la transgresión entre lo físico y lo mental, el fantasma se hace real, y lo real fantasmagórico.

El estereoscopio del fallecido Henry (Grifo en Viridian), una especie de televisión en tres dimensiones de los viejos tiempos, será el elemento a través del cual el espacio virtual se ve transformado en espacio real.

"Las escenas se llenaban de un espacio que en realidad no existía, un espacio que podía doblarse y meterse en una caja que parecía un libro, un espacio que podía ser tan plano como una hoja y con la misma facilidad podía ocultarse. A pesar de todo, las escenas no tenían vida. La vida en aquellas imágenes estaba sustituida por una especie de espera."

Viridian será en un comienzo para Anthea el lugar alternativo ideal hacia el cual evadirse. Pero la naturaleza espectral de este espacio y de su morador: Grifo, su participación en el mundo de los vivos tanto como en el de los muertos, produce el derrumbamiento de leyes y seguridades de lo real. Los límites entre imagen/objeto, mental/físico, sueño/vigilia, ficción/realidad, vida/muerte... se han derrumbado. Viridian y Grifo pierden su belleza e inocencia inicial y adquieren características demoníacas, peligrosas.

Es la antinomia vida-muerte la que está en juego. El riesgo de la aventura emprendida por Anthea junto al fantasma Grifo es alcanzar el centro en el medio de la nada; lugar del que nadie quiere hablar, y al que todos deben llegar alguna vez, pero del que no se puede volver.

Leo, el Lar familiar conservador del orden pasado en la casa, y Flora son los encargados de regresar a Anthea a la seguridad de la familia, restaurar el orden interrumpido por la llegada de la huérfana e iniciar una etapa bajo nuevas condiciones de equilibrio.

Los cambios exteriores tienen su correlato en los cambios interiores de los protagonistas. Los fantasmas se marchan al fin, los externos y los internos. Detrás queda Viridian con sus sombras diluídas en la noche.

Espacios peligrosos se asoma, se aproxima a la transgresión del relato fantástico, parece pretender por momentos la superación de una mirada simple y sin misterios sobre la realidad, poniendo en peligro las seguridades de lo cotidiano y familiar. Pero esta transgresión no es llevada hasta sus últimas consecuencias. La voz que narra a menudo interrumpe la acción para brindar todas las explicaciones necesarias al lector, no deja lugar para la duda. Los signos adquieren sentidos claros y delimitados, aproximándose al símbolo. Finalmente el relato alcanza la reconstitución del orden perdido (o mejor aún, la superación de ese orden) por la interrupción de lo siniestro.

Un final feliz y tranquilizador para un relato que comenzó con la inquietante infracción del fantástico.

Recomendado a partir de los 11 años.

Marcela Carranza


Marcela Carranza es maestra y Licenciada en Letras Modernas de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Como miembro de CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil) participó en el programa de bibliotecas ambulantes "Bibliotecas a los Cuatro Vientos" y en el equipo Interdisciplinario de Evaluación y Selección de Libros. Forma parte del grupo de estudio "La Nuez", en el área de la literatura infantil y juvenil.


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