54 | RESEÑAS DE LIBROS | 27 de junio de 2001

Noche de tormenta

Michèle Lemieux
Ilustraciones de la autora.
Traducción de Lorenzo Rodríguez López
Salamanca, Lóguez Ediciones, 2000.

Portada de "Noche de tormenta"

El cielo cargado de oscuros nubarrones, los árboles inclinados por el viento. La niña se lava los dientes y se despide de sus padres. Se acuesta a dormir.

Hasta aquí las ilustraciones en tinta, fino trazo negro sobre blanco, sin texto. Comienzan las palabras y comienza otra dimensión: la de las preguntas en soledad. La pequeña se interroga a sí misma e interroga al lector.

De un lado del libro, en la página izquierda, la pregunta o sólo una breve frase. Del otro lado, en la página del frente, la ilustración. El sentido de cada pregunta se completa, se amplía y profundiza en la ilustración. No es posible imaginar una sin la otra. A veces es el humor, la literalización de la frase; volver corpórea a través de la imagen la abstracción del interrogante. Y la imagen se vuelve surrealista, como el esqueleto dispuesto a elegir un cuerpo en el placard ("Imagínate que pudiéramos cambiar nuestro cuerpo..."), o los hombres naciendo del suelo como plantas ("Imagínate que brotáramos del suelo como las legumbres").

"¿Dónde finaliza el infinito?"

"¿De dónde venimos?"

"¿Quién soy yo?"

"¿Realmente, toda mi vida está ya determinada desde el principio?"

"¿Tomaré siempre las decisiones correctas? ¿Y cómo sé que son las correctas?"

"¿Sabré, cuando llegue el momento, que tengo que morir?"

"¿Dónde va el alma cuando alguien muere? ¿Al infinito, quizás?"

"Y si después de la muerte no hay nada, entonces, ¿qué?"

La autora parece no haber olvidado nada: preguntas sobre los límites de lo real; sobre la muerte y el origen de la vida. Sobre la trascendencia, la existencia de Dios, la nada. La identidad, el cuerpo, las ideas, la imaginación. Los miedos, la soledad, la guerra, el mal. La necesidad del otro, la alegría y la tristeza. Las ambiciones, los sueños, el deseo. El destino y el azar...

En determinados momentos los interrogantes y sus imágenes se interrumpen y vemos el mundo exterior: la noche de tormenta más allá de la ventana, la niña acurrucándose junto a su perro, escondiéndose bajo las sábanas.

Filosofía, plástica y literatura se reúnen en este libro. Los misterios que han sido desde siempre el origen de los esfuerzos más maravillosos de la humanidad. Las grandes y terribles cuestiones, motivo del arte, la ciencia y las religiones.

La pequeña en la soledad de su cuarto, en la noche oscura y tormentosa, va hilando este devenir de preguntas sin límite. Siente miedo, soledad, angustia y continúa. No hay un final conclusivo, no hay una respuesta dada que tranquilice al lector. Simplemente el tiempo de preguntar se interrumpe en el hambre y el sueño, en la mañana con sol. Se reiniciará desde luego en otro momento, quizá en otra lectura.

Recomendado a partir de los 10 años.

Marcela Carranza


Marcela Carranza es maestra y Licenciada en Letras Modernas de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Como miembro de CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil) participó en el programa de bibliotecas ambulantes "Bibliotecas a los Cuatro Vientos" y en el equipo Interdisciplinario de Evaluación y Selección de Libros. Forma parte del grupo de estudio "La Nuez", en el área de la literatura infantil y juvenil.


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