36 | RESEÑAS DE LIBROS | 18 de octubre de 2000

Cuando las piedras todavía eran pájaros

Marjaleena Lembcke
Traducción del alemán por Eduardo Martínez.
Salamanca, Lóguez Ediciones, 1999.
La Joven Colección.

Portada de "Cuando las piedras todavía eran pájaros"

En un tono autobiográfico Leena evoca el recuerdo de su familia en una ciudad finlandesa, y en particular de su hermanito Pekka. Desde su nacimiento, Pekka resultó ser un niño muy especial. Tuvo que ser internado en "El castillo de los Niños", un lugar que por su nombre puede ser a la vez un hospital infantil o un palacio encantado para niños príncipes. Así es Pekka, un niño mágico que transforma el dolor en alegría de vivir, la melancolía en sueños.

"Lo amábamos y Pekka nos amaba.

"Pero Pekka no solamente nos amaba a nosotros, él amaba a todos y a todo. (...) Amaba la silla sobre la que se sentaba. Amaba su cama, sus calcetines, la alfombra y el delantal de la abuela. Amaba el olor de madre y la barba de padre."

Pero a quienes más amaba Pekka era a "los pájaros y las piedras, porque antes fueron pájaros."

La familia de Leena es una familia con muchos niños, y también con una abuela. Una familia con problemas económicos, donde el dolor, el miedo y la presencia de la muerte no están ausentes. Sin embargo a través de Pekka todo se ve envuelto en ternura e inocencia. Pekka, creador de preguntas sin respuestas y sentencias misteriosas, desconcierta a los demás con su ingenua sabiduría, y la "ranita fea" resulta ser un príncipe encantado.

Para Pekka siempre hay otras posibilidades, como en los libros, y lo que parece ser de un modo, puede serlo de otro con sólo soñarlo. Así, su vida y la de quienes lo rodean se transforma en poesía.

"—En los libros, hay flores que no crecen en Finlandia. En los libros, hay animales que no viven en Finlandia. Y en los libros, hay también volcanes. En los libros, hay otras posibilidades —dijo Pekka."

Marjaleena Lembcke, Leena, logra en su novela destinada a los jóvenes lectores, un tono a la vez íntimo, suave e intenso. A través de la evocación de su familia y su hermano en el bello paisaje finlandés, es capaz de mostrarnos que nada es imposible. Desde este modo de vivir que nos propone el personaje de Pekka, creer que las piedras han sido y volverán a ser pájaros resulta mucho más "lógico" que creer lo contrario; después de todo es más bonito y nos hace más felices.

En Cuando las piedras todavía eran pájaros, se evoca la inocencia y la magia de la niñez de la mano de un niño diferente, que no sabe "cómo es cuando uno es inteligente" ni le preocupa. Pero sí sabe qué es amar, porque es "el campeón del mundo en amar a la gente". Quizá sólo baste esto para transformar a este libro en un texto valioso y fuera de lo común.

Recomendado a partir de los 11 años.

Marcela Carranza

Marcela Carranza es Licenciada en Letras Modernas de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Como miembro de CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil) participó en el programa de bibliotecas ambulantes "Bibliotecas a los Cuatro Vientos" y en el equipo Interdisciplinario de Evaluación y Selección de Libros.


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