27 | RESEÑAS DE LIBROS | 14 de junio de 2000

El enigma del barquero

Laura Devetach
Ilustraciones de María Rojas.
Buenos Aires, Editorial Sudamericana, 2000.
Colección Pan Flauta.

Portada de "El enigma del barquero"

De los seis cuentos que componen El enigma del barquero, los cuatro primeros forman un bloque temático que, por sí solo, ya justifica el libro. Los dos restantes podrían considerarse una "yapa" de la autora y de la editorial. Los lectores agradecidos.

Hablamos de un bloque temático porque los cuatro relatos cuentan historias de vida. No a la manera de una cronista que elabora un documento periodístico o antropológico, sino con la paciencia y la delicadeza de una tejedora que construye una trama con sus hilos. Los hilos de Laura Devetach son las palabras y su arte el modo en que las combina.

Cuatro historias que cuentan un momento en la vida de chicos que habitan en la América profunda y que desde allí —su lugar en el mundo— hacen partícipe al lector de sus sueños y sus desvelos.

El pequeño barquero del cuento que da título al libro, resolverá el enigma que le han planteado cuando lo haga suyo venciendo miedos y angustias. La niña Margarita, en "La trampa de las ovejas", aprenderá que en la vida hay cosas irreversibles pero que es posible enfrentarlas y seguir adelante. En "Chipas", los habitantes del entorno mágico que rodea a la muchachita vendedora, jugarán con ella y pondrán un toque de alegría a su jornada de trabajo. "Negro" le dicen al pequeño protagonista de "El brujo de los tubitos", y su simpática curiosidad le ayudará a entablar amistad con el nuevo vecino, el "brujo que llegó de la ciudad".

Y pasando ahora a los cuentos de la "yapa" que mencionábamos al comienzo de este comentario, "Leyenda de las margaritas" es una pequeña y poética pincelada que la autora ha dejado de regalo al lector y "Cuento en la arena" es la versión libre de un tema oriental que habla de un niño al que le encantaba escuchar las historias que contaba un narrador en el mercado de su pueblo. Esa fascinación por la palabra lo llevará —ya de adulto— a escribir y contar cuentos él también. Y así una vez, ante circunstancias apremiantes en su vida, con la fuerza y la magia de las palabras, llegará la salvación.

Las palabras no sólo están presentes en los cuentos de Laura Devetach, sino también en los dibujos de María Rojas. La ilustradora —reciente finalista del Premio Apel·les Mestres— combina palabras y frases con ilustraciones de notable sobriedad y belleza, donde la línea blanca, calada sobre figuras negras, reinterpreta plásticamente distintos pasajes de los cuentos.

Recomendado a partir de los 11 años.

Roberto Sotelo


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