26 | LECTURAS | 31 de mayo de 2000

Los libros de Roald Dahl y el cine

Varios de los libros de Roald Dahl fueron llevados al cine y muchos niños y adultos disfrutaron de una buena película sin saber que estaba inspirada en una obra del escritor. Ese placer revivió cuando, alentado por la película, más de uno decidió adentrarse en el relato original de Dahl. El escritor y periodista Marcelo di Marco nos cuenta en esta nota las relaciones entre Roald Dahl y el cine. Agradecemos a la revista Lea el habernos permitido reproducir el artículo de di Marco, que inaugura su sección El perro andaluz. El cine en la literatura / La literatura en el cine, en dicha revista.

Las aventuras del gigante de Gales

por Marcelo di Marco

"La llave del éxito consiste en conspirar con los niños contra los adultos. Puede ser una fórmula simplista, pero funciona. Los pares y los maestros son el enemigo."
Roald Dahl (Llandaff, Gales, 1916; Oxford, Inglaterra, 1990)

Al igual que este perro andaluz, seguramente muchos de ustedes, queridos congéneres, habrán ladrado de felicidad al leer los libros del grandioso Roald Dahl. Y más de una vez habrán visto películas o cortos de televisión basados en historias inventadas por este genio. ¿Cómo? ¿Que no es así? Entonces... ¡fuera de la cucha, caramba, y vuelen a la librería o al video!

El nombre del gigante galés —Dahl media casi dos metros— empezó a zumbar en las cabezas de la última generación de cinéfilos cuando Nicolas Roeg filmó una sugestiva versión de su novela Las brujas (1990, con Anjelica Huston y efectos especiales del inolvidable Jim Henson). Hoy Dahl ya está definitivamente instalado en la perrera gracias a los últimos estrenos de "Matilda" (1996, dirigida por el maestro Danny de Vito) y "Jim y el durazno gigante" (1996, con producción de Tim Burton).

Afiche de la película "Matilda", dirigida por Danny de Vito
Afiche de la película "Matilda", dirigida por Danny de Vito

Sin embargo, venía arrellanándose en el trono de la literatura para cachorritos desde hacía largo rato. Los números cantan: cerca de su muerte, Dahl vendía un millón de ejemplares al año. En 1954 y 1959 se alzó con el Premio Edgar Allan Poe, uno de los galardones más codiciados de la litertura fantástica y de misterio. Ya había inventado a Los gremlins en 1943, se había casado con la actriz Patricia Neal en 1953, y después, en 1961, publicó James y el melocotón gigante. Pero las ventas millonarias y la fama llegaron en 1964 con Charlie y la fábrica de chocolate. La historia de la visita de Charlie, azar mediante, a la fábrica de chocolate Wonka convirtió a Roald Dahl en el autor más popular del género infantil. ¿A qué cachorro no le gustaría encontrar en el envoltorio de su chocolatín el billete dorado que lo habilita para visitar esa aromática empresa? Y la versión cinematográfica, dirigida en 1971 por Mel Stuart y con Gene Wilder haciendo del chocolatero, reconstruye admirablemente el ambiente dickensiano de la novela.

Como autor de libros para grandes, a Dahl se le fue la mano con Mi tío Oswald (1979, publicado en Anagrama), irreverente novela que cuenta las andanzas de un atorrante dedicado a la comercialización de genuino esperma de genios (¿a qué amable lectora de pedigrí no le hubiera gustado tener cría de Joyce o de Picasso, por ejemplo?). Historias extraordinarias y Relatos de lo inesperado recogen lo mejor de las narraciones fantásticas de Dahl y fueron editados en castellano también por Anagrama, en 1983 y 1987. Su cuento "Jalea real", incluido en Relatos..., es sencillamente escalofriante, y bastaría ese solo título para instalarlo como maestro del horror. ¿Policiales?, como no: muchos recordarán la versión televisiva que hizo Alfred Hitchcock de Cordero asado ("Lamb to the slaughter", Alfred Hitchcok presenta, 1958), la impresionante historia de la esposa despechada que asesina a su marido reventándole la cabeza con una pata de cordero que después sirve a la policía con papas y todos (en "Qué he hecho yo para merecer esto" (1984), Pedro Almodóvar parodia deliciosamente este cuento que ustedes podrán disfrutar también en Relatos de lo inesperado).

Empleado de la Shell en África, agente del servicio secreto británico, el futuro escritor protagonizó desde el aire la Segunda Guerra Mundial: como piloto de la Royal Air Force combatió en Libia, Grecia, Palestina, Siria, Irak y Egipto. En 1940 le derribaron el avión y tuvo que convalecer durante seis meses por un gravísitmo traumatismo de cráneo. Y así nació a la literatura: C. S. Forester, uno de sus autores favoritos, le pidió notas en las que Dahl narrara sus aventuras bélicas, para estimular el patriotismo de los muchachos. El pichón de narrador no se hizo rogar: el Saturday Evening Post comenzó a publicarlo, y Dahl pronto vio crecer su prestigio como autor de historas breves. Una vez casado, se dio a la grata tarea de pasar por escrito los relatos que les contaba a sus cuatro hijos. Así de simple. Con los años, Roald Dahl devino también guionista de cine: tiene una de James Bond, "Sólo se vive dos veces" (You Only Live Twice, 1967), y "Chitty Chitty Bang Bang" (1968), la del auto volador que manejaba Dick Van Dyke a duras penas.

Además de la aventura, la tragedia estuvo presente en la vida de Dahl. En 1962 perdió a su hijita Olivia, de ocho años, y en 1965 la Neal sufrió una hemorragia cerebral que estuvo a punto de dejarla ciega e inválida (el proceso de la grave enfermedad y la amorosa ayuda de Dahl se cuentan en "La historia de Patricia Neal" 1981, una película para la TV, en la que Dirk Bogarde hace de Roald y Glenda Jackson de Patricia).

Hay otro distitntivo para su carrera, y es que Dahl supo despertar como pocos las iras de la jauría de la vereda de enfrente: más de un imbécil ladró acusándolo de antisocial, brutal y antifeminista. Pero un genio siempre encuentra la réplica adecuada, y la suya era: "Nunca recibo protestas de los chicos. Las tías aplastadas son una fantástica compensación". No está nada mal, teniendo en cuenta que el autor recibía dos mil cartas semanales de parte de sus pequeños amiguitos. Así era Roald Dahl, todo un gran danés.


El argentino Marcelo di Marco es autor de una obra literaria ampliamente difundida en diarios, revistas, programas de radio y televisión e Internet que lo hizo merecedor de varios premios y nominaciones. Actualmente coordina el Taller Literario de la Universidad de Belgrano (Buenos Aires) y es columnista del programa Libros que muerden (FM Palermo, 94.7). Entre sus libros editados se destacan la novela El fantasma del Reich (Sudamericana), ganadora del concurso de la Fundación Antorchas en 1994, Taller de corte & corrección. Guía para la creación literaria y Hacer el verso. Apuntes, ejemplos y prácticas para escribir poesía (ambos editados en Sudamericana).

Este artículo fue extraído, con autorización de sus editores, de Lea, Revista mensual de libros y cultura, Año 1 N° 1, Buenos Aires (Argentina), mayo de 2000.


Artículos relacionados:

Lea - Revista mensual de libros y cultura, Año 1, N° 1