8 | LIBROS | 22 de setiembre de 1999

El traje nuevo del emperador

Hans Christian Andersen
Versión del cuento clásico producida por Steven Spielberg.
Barcelona, Ediciones B, 1998.

Tapa de "El traje nuevo del emperador"

Con idéntico vuelo que el de las superproducciones cinematográficas a las que nos tiene habituados, Steven Spielberg presenta esta muy libre versión del famoso cuento de Hans Christian Andersen. Pero, previamente al abordaje de este libro, vaya un consejo para los amantes de las formas clásicas: dejar a un lado los preconceptos.

El libro tiene, en su concepción, una finalidad altruista y solidaria: los beneficios que genere su venta serán destinados a la Fundación Starbright, una institución que preside el mismo Spielberg y cuyo objetivo es brindar ayuda psicológica a niños que padecen enfermedades graves. Y para concebir esta versión de El traje nuevo del emperador reunió a veintitrés famosos —actores y actrices en su mayoría, pero también algunas otras estrellas del mundo del espectáculo— con veintitrés ilustradores de primera línea, varios de ellos de destacada trayectoria en el campo de los libros para niños.

La mecánica propuesta para la realización del libro fue asignar, a cada artista convocado, un personaje u objeto del cuento original para que narrara un capítulo desde esa particular óptica. Así, El traje nuevo del emperador se estructura a partir de pequeñas piezas hasta llegar a formar un todo coherente y muy dinámico. Resulta curioso entonces leer a Madonna "interpretando" a una afrancesada emperatriz, a Robin Williams "haciendo hablar" a un escatológico bufón de la corte o al diseñador Calvin Klein dándole vida a los calzones del emperador.

Comentario aparte merecen las ilustraciones del libro, una verdadera galería de arte. Cada uno de los textos va acompañado de una notable ilustración. Nombres ya consagrados dentro de la literatura infantil y juvenil como Quentin Blake (el ilustrador favorito de Roald Dahl), Maurice Sendak (Premio Andersen 1970), Chris Van Allsburg, Tomie de Paola, junto a otros más cercanos a los medios gráficos dirigidos al público adulto.

Como broche de oro, al mejor estilo cinematográfico, El traje nuevo del emperador cierra con un Reparto (por orden de aparición), que presenta a todos los convocados, incluyendo fotos y reseñas biográficas (Los lectores "cholulos" y obsesivos como este cronista, muy agradecidos).

Convendría quizás, para el público infantil, recurrir a la lectura previa del relato original de Andersen, que le dará el marco global necesario para una mejor degustación de esta magnífica versión.

Recomendado a partir de los 8 años.

Roberto Sotelo


Artículos relacionados:

Links